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Finalmente el imperio Charrez parece toparse con pared. Las y los magistrados federales ratificaron la nulidad del proceso electoral en Ixmiquilpan al encontrar irregularidades, pero a quienes les llovieron más observaciones todavía fueron a sus homólogos hidalguenses, quienes en este caso al fin le pegaron al clavo, aunque chueco, pues su proyecto tuvo una metodología equivocada.  

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Uno de los nombres que se maneja ya de cara a los comicios para renovar diputaciones locales o federales es el de Miguel Osorio Vargas, sí, el hijo del exgobernador hidalguense y actual coordinador de la bancada priista en el Senado, solo que se piensa, iría por Movimiento Ciudadano, luego que en la elección municipal apoyó con su imagen a la candidata naranja de Tula, Karla Pérez.

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Y la que se queja, pero le encanta, es la diputada federal Simey Olvera, que ahora posó para la cámara mientras sembró, junto con otros compañeros, una planta de marihuana en las instalaciones del recinto legislativo de San Lázaro. Seguramente considera que cuando se le acabe el cargo podrá dedicarse a sembrar “vida”, al fin y al cabo puede aprovechar las aguas negras de su natal Mixquiahuala.

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En el sector empresarial continúa la comidilla, luego que Luis Miguel Escudero Hernández se quedó como el chinito, “nomás milando”, pues abandonó la dirigencia de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción y fue a perder por dos votos la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial Hidalgo contra Carlos Henkel Escorza, cercano a los municipios de la zona metropolitana capitalina.

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Morena tiene una nueva corriente interna, la de José Guadarrama, al menos así lo ve Pablo Vargas, quien perdió la elección en Pachuca y ahora también la razón al asegurar eso, pues en sus muchos ratos libres analiza los grupos al interior de su remedo de partido y ahora se le ocurrió incluir al exsenador que colabora con el gobernador perredista de Michoacán Silvano Aureoles, y además, logró presencia en el PAN.

ACLARACIÓN
Los comentarios expresados en esta columna de opinión no son una información noticiosa o necesariamente verídica. Forman parte de los dichos, trascendidos o comentarios que se escuchan en los pasillos políticos, gubernamentales y sociales.

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