¿Cómo es que Cruz Azul conserva a su afición luego de tanta porquería? ¿Cómo es que toleramos tanto? ¿Fidelidad o masoquismo? ¿Debería cambiar de equipo?

Esas y cientos de preguntas más me atormentaron la noche del domingo en que Cruz Azul reafirmó la gran falta de huevos y ambición que los ha caracterizado en los últimos 15 años. Vamos, solo necesitábamos ir por un gol que obligaría a los Pumas a marcar seis, ¡SEIS!. Se tenía un margen de error de tres o hasta cuatro goles.

El planteamiento técnico influyó, claro, comenzar con línea de cinco cuando tenías poco que perder si te ibas al ataque permitió un equipo timorato que fácilmente fue superado por la garra universitaria. El primer gol en contra a pocos minutos del arranque estaba presupuestado y aunque se llegó a dominar el encuentro por un rato, no se concretó nada y cayó el segundo de Pumas. 

Un dos a cero al medio tiempo aún no se veía tan malo, era cuestión de anotar un gol pero al parecer nadie le avisó eso a los de Siboldi, sin embargo, cayó el tercero antes del entretiempo y en ese momento, la Máquina sintió el verdadero terror.

Al medio tiempo, mi papá, mi tío y yo estábamos enojados por la inoperancia del equipo y nos repetimos que solo se necesitaba un gol, pero se veía más cerca el cuarto que el primero. Mientras tanto mi hermano que se bajó del barco azul luego del doble subcampeonato por allá de 2008 se mostraba tranquilo pero no podía creer la falta de actitud.

Por ahí del minuto 65 mientras yo imploraba un cambio de jugadores y al esquema mi papá dijo: “esto ya valió, los Pumas se están relajando para echarle más ganas cerca del final y anotar, de eso no se va a levantar Cruz Azul”. Dicho y hecho, cerca del final cayó el cuarto y ahora sí llegaron los cambios. ¿Ya para qué?

Jamás entendí por qué Siboldi hacía los cambios tan tarde, cuando vas ganando se puede entender pero, siempre que se iba abajo en el marcador, las modificaciones llegaron hasta altos minutos del encuentro. Todo el torneo se contó con un plantel bastante amplio y en la banca le salieron raíces a dos jóvenes demonios que pudieron comerse la cancha con más tiempo para cambiar la cara del equipo pero ya es historia, no hay nada más que hacer.

Siboldi hizo bien en renunciar, aunque se tardó. Yo lo hubiera hecho al terminar el encuentro, justo después de admitir que todo había sido mi culpa. Antes del partido yo estaba sumamente nervioso, sabía que la cruzazuleada era posible y jamás la descarté, pero la ilusión me impidió esperar tan fatídico resultado, pobre tonto.

Algo a destacar son las fotos de jugadores como el Cata riendo luego de recibir el cuarto gol, misma escena capturada con otros jugadores. Hay quien le achaca los goles a Jurado pero no creo que el joven pudiese haber hecho más, aquí surge una gran sospecha que inmiscuye al Cata y a Jesús Corona, que no jugó primero por un supuesto golpe en la rodilla para que luego se “confirmara” que había dado positivo al Covid. Me parece sospechoso, más aún cuando la polémica del amaño de finales ya es bien sabida y casualmente, tanto el canterano celeste como el arquero estuvieron en todas esas finales.

¿Se vendieron?

Dos días después del fracaso vi un video del fabuloso canal de Youtube “Los Expulsados”, en el explica la verdad sobre esta, la cruzazuleada más grande de la historia, menciona entre otras cosas el amaño de finales en las que por perder los Álvarez recibían de una aseguradora 40 millones de dólares mientras que por ganar “solo” recibían un millón. Aquí nos preguntan& ¿qué hubieran hecho ustedes?

Eso es una muestra de solo una pequeña parte de tanta porquería existente en nuestro fútbol y otra cosa muy cierta que se dice en el video que les dejo aquí abajo es que las casas de apuestas daban muy poco dinero por que Cruz Azul pasara de ronda mientras que se podía hacer bastante dinero apostando a los Pumas. ¿Cuál de los dos Álvarez habrá apostado más en contra del equipo que con mucho esfuerzo creó su papá?

Tengo muchas dudas sobre la veracidad de estas teorías sobre el amaño en el que varias vacas sagradas del equipo son mencionadas como gente de Billy que aún con el exdirigente fuera del equipo le sigue siendo fiel pero, en México, la idea de tanta corrupción no puede ser descartada tan fácilmente.

Hubo un mensaje institucional el pasado jueves en el que Victor Manuel Velázquez, Presidente del Consejo de Vigilancia y de la cooperativa anuncia una reestructuración y un cambio en la actitud y forma de jugar a futuro. Esto presagió los movimientos que salieron a la luz unas horas antes del cierre de esta edición.

Tras once años en el club y con 39 años, Jesús Corona encabeza a los transferibles, acompañado de Caraglio, Ceppellini y la baja de un tal Jonathan Borja del cual no se hará válida la opción de compra.

Espero que el Cata Dominguez salga, mientras son epras o son manzanas, no queremos mercenarios en el equipo, hace falta una renovación en esa zona y quien mejor que otro canterano, el joven Josué Reyes de 23 años que en la copa de pretemporada mostró buenas cosas podría ser muy bien arropado por Pablo Aguilar que ya se encuentra en el ocaso de su carrera.

Ya veremos dijo el ciego, mientras tanto, yo me despido de ustedes mis (cuatro) fieles lectores, somos más que la afición del Atlante ¡Ja! Muy probablemente esta será la última columna que escriba pues, como Corona, saldré a buscar un nuevo horizonte. Fue un placer escribir para ustedes. Sean felices, disfruten la vida, y no se preocupen tanto que para eso estamos los aficionados de Cruz Azul, ¡el torneo que viene es el bueno! y así será el que sigue, del que sigue, del que sigue&

 

Un abrazo mis Astros.

 

ACLARACIÓN                                            
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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