“Por favor, ayúdenos a conservar la sana distancia”, pidió el cantante más de una vez con micrófono en mano. Tan amable como inútil intento por conservar (aparentar quizá) un poco de cordura. Pero la multitud, de naturaleza desobediente, finalmente hizo lo que quiso: bailar, bailar bien pegados entre gritos, matracas, cornetas y música de cumbia. De pandemia nada, acaso cubrebocas desperdigados que protegían más papadas que los accesos para los que fueron fabricados.

Militantes priistas acudieron anoche al llamado partidista para celebrar lo muchos creímos improbable, el regreso tricolor luego que hace dos años fue borrado del escenario político por el huracán Andrés Manuel. El nuevo PRI volvió y con las formas más viejas posibles. En añoranza de su hegemonía y tradiciones pasadas, convocó a concentración masiva para la celebración del resurgimiento, como si un virus que ha matado más de 2 mil hidalguenses no anduviera entre nosotros. El discurso de la preocupación por la salud estatal desapareció con las ganas de subirse a una piedra para gritar: ¡Soy el rey de Hidalgo!

La mayoritaria victoria priista en las votaciones del domingo (resultados aún preliminares) parece haber causado extraña reacción en buena parte de la ciudadanía que considera la 4T morenista desvergonzado fracaso y cualquier alternativa una mejora sustancial, aun el partido que se mantuvo en el poder nacional durante 70 años y al que debemos la viciada estructura política actual. 

Estamos tan acostumbrados al maltrato gubernamental con administraciones corruptas e incompetentes que celebramos no haber caído en garras de quien consideremos el estrato más oscuro de la clase política mexicana. “Bueno, podríamos estar peor”, como filosofía electoral mexicana.

Morena tendrá que revisar qué ocurrió con sus descalabros en Hidalgo y Coahuila; el PRI hará lo mismo para intentar repetir escenario en 2021. Nosotros, ciudadanía, bien haríamos en repensar si continuaremos con la postura tradicional de votar por el menos peor, de tolerar administraciones incapaces porque en la comparación parecen mejores.

Mientras tanto, representantes de salud ya advirtieron el riesgo de un repunte en los contagios de coronavirus luego de los cierres de campaña y los festejos de aquellos que serán nuestras nuevas autoridades locales. Esas que se encargarán en el futuro de lidiar con emergencias como la pandemia en la que estamos. Esas que ayer convocaron reuniones, fiestas y bailes para decirnos que votar por ellos fue lo mejor que pudimos hacer.

 

ACLARACIÓN                                             
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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