Constantemente en nuestras vidas aparecen personas que sin ni siquiera imaginarlo, formarán parte de nuestra historia, algunos solo serán de paso, otros sumarán experiencias importantes, algunos otros se convertirán en retos casi imposibles de vencer, aquellos que nos demostrarán nuestra fragilidad y carencias,  apegos dolorosos que al tirarnos al suelo nos remontan al origen mismo de nuestra creación.        

Algunas personas afortunadas logran ver y distinguir la función que cada persona tiene en sus vidas, muchos otros entendemos hasta que la persona ha cerrado su ciclo en nuestro camino, no me gustaría ser demasiado repetitiva, pero en ocasiones me gustaría que cada uno tuviésemos la oportunidad de vernos desde otra perspectiva y poder analizar en donde estamos parados, y si estamos siendo necios ante la posibilidad de un cambio o mejora.     

Rara vez somos capaces de encontrar la estabilidad en la pasión misma, la cordura en la locura y la paz en el caos, existen personas que basta verlas un solo momento para reconocerlos, saber que estarán ahí, pasa tanto para bien como para mal, aquellos que no nos damos oportunidad de conocer pues no existe ninguna química en común, que nos ponen incómodos y otros que te hacen volar entre nubes, con solo unos instantes de reflejarse en su mirada.      

Las parejas que suman son aquellas que  sin coartar la libertad te ayudan a descubrirte, a  crecer, sabes de su cariño por ti, estando juntos o no son capaces de crear en ti profundos vacíos con su ausencia, pero darte paz y felicidad incomparable e inimaginable, esas parejas son realmente parejas, son espejos entre sí, reflejos de sus propios temores, defectos y virtudes, parejas que son capaces de identificarse a la distancia, elevarse con el simple detalle de un mensaje, llenarse con una mirada y conocer la mas sublime manifestación de pasión y amor.       

Ostentan no solo proyectos  económicos, familiares, sociales, van más allá de un cumplimiento a un compromiso, descubren  día a día lo que se aportan en común, se permiten descansar en sus regazos por la noche, o a la mitad del día ante los conflictos diarios, buscando una relación sana, ahí está la clave.        

Se que suena sencillo, pero es una labor que puede llevar toda la vida, lo único que me queda decir al respecto es que si la encuentras, no la pierdas, no desaproveches la oportunidad de vivirlo, y vivirlo al cien por el tiempo que dure, aunque sepas que se acaba, aunque exponga tus emociones y las deje al descubierto, aunque no te la creas, aunque suene demasiado bello para ser verdad.  

ACLARACIÓN                                            
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *