El 5 de septiembre iniciaron las campañas electorales para renovar los ayuntamientos de los 84 municipios en Hidalgo. Las calles de toda la entidad se llenan de bardas pintadas, lonas, banderas, porras, entre muchas cosas más, de diferentes candidatos. A pesar de la pandemia, la política ha tenido que buscar sus formas de salir a la calle y acercarse a la ciudadanía. Se escuchan propuestas por doquier, pero ¿y las personas LGBT+? ¿Por qué no se escucha hablar sobre este sector?
Para muchas personas, el que se genere una agenda en torno a temas de género o diversidad sexual, representa la búsqueda de privilegios, cuando en realidad es una exigencia de priorización. Además de los constantes feminicidios, en los últimos meses han sido constantes los casos de homicidios a personas LGBT+, casi todos activistas. ¿Quién los está matando? ¿Por qué lo hacen? Varios se preguntan eso y las autoridades no han podido dar respuestas.
Por otra parte, continua la fórmula tradicional de candidatos, la o él candidato acompañado de su familia, hasta ahora no ha habido un proyecto en el cual lo encabece una mujer lesbiana o un hombre gay de manera abierta, porque aunque la orientación sexual es una parte de la personalidad que no siempre tiene que ser obligatoria a ser compartida, hay quienes a pesar de ser homosexuales, llevan una vida heterosexual con la intención de mantenerse en el juego de la política, que en el caso de Hidalgo, pareciera que todavía no puede haber alcaldes homosexuales o incluso trans. Y más allá de verlo como una cuestión llamativa, existen casos en que a pesar de la capacidad que existe en la persona, esta es limitada por no cumplir con la expectativa alrededor del constructo social de lo que debe ser un actor político.
Aunque ha habido grandes cambios en los últimos años en Hidalgo, donde el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en todos los municipios, es importante que el tema de la diversidad sexual forme parte de las agendas de los candidatos que salen a las calles a prometer nuevos rumbos, pues la educación en torno a la sexualidad es fundamental y debe ser prioridad en varios aspectos, desde la natalidad hasta una cuestión de salud pública, así como la correcta convivencia y respeto entre todas las personas sin importar orientación sexual o identidad de género. Hablar sobre la comunidad LGBT+ no debería ser visto como un riesgo para los candidatos, sino una categoría más dentro de las necesidades a garantizar para la ciudadanía.
El 5 de septiembre iniciaron las campañas electorales para renovar los ayuntamientos de los 84 municipios en Hidalgo. Las calles de toda la entidad se llenan de bardas pintadas, lonas, banderas, porras, entre muchas cosas más, de diferentes candidatos. A pesar de la pandemia, la política ha tenido que buscar sus formas de salir a la calle y acercarse a la ciudadanía. Se escuchan propuestas por doquier, pero ¿y las personas LGBT+? ¿Por qué no se escucha hablar sobre este sector?
Para muchas personas, el que se genere una agenda en torno a temas de género o diversidad sexual, representa la búsqueda de privilegios, cuando en realidad es una exigencia de priorización. Además de los constantes feminicidios, en los últimos meses han sido constantes los casos de homicidios a personas LGBT+, casi todos activistas. ¿Quién los está matando? ¿Por qué lo hacen? Varios se preguntan eso y las autoridades no han podido dar respuestas.
Por otra parte, continua la fórmula tradicional de candidatos, la o él candidato acompañado de su familia, hasta ahora no ha habido un proyecto en el cual lo encabece una mujer lesbiana o un hombre gay de manera abierta, porque aunque la orientación sexual es una parte de la personalidad que no siempre tiene que ser obligatoria a ser compartida, hay quienes a pesar de ser homosexuales, llevan una vida heterosexual con la intención de mantenerse en el juego de la política, que en el caso de Hidalgo, pareciera que todavía no puede haber alcaldes homosexuales o incluso trans. Y más allá de verlo como una cuestión llamativa, existen casos en que a pesar de la capacidad que existe en la persona, esta es limitada por no cumplir con la expectativa alrededor del constructo social de lo que debe ser un actor político.
Aunque ha habido grandes cambios en los últimos años en Hidalgo, donde el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en todos los municipios, es importante que el tema de la diversidad sexual forme parte de las agendas de los candidatos que salen a las calles a prometer nuevos rumbos, pues la educación en torno a la sexualidad es fundamental y debe ser prioridad en varios aspectos, desde la natalidad hasta una cuestión de salud pública, así como la correcta convivencia y respeto entre todas las personas sin importar orientación sexual o identidad de género. Hablar sobre la comunidad LGBT+ no debería ser visto como un riesgo para los candidatos, sino una categoría más dentro de las necesidades a garantizar para la ciudadanía.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
