Hace unos días escuche una frase que dice más o menos así, “Lograr un estado mínimo de conciencia, es como cuando abres los ojos al despertar”.

Cuando consigues esto en tú vida descubres que muchos a tu alrededor siguen completamente dormidos, algunos parece que nunca van a despertar, cuando trabajas en ti, día a día vas abriendo más los ojos y logras ver y entender muchas cosas, eso no tiene comparación,  por fin comienzas a comprender  las razones de todo lo que te pasa, entiendes que estás en el lugar que tú decides estar, dejas por fin  los fieles compañeros de la inconsciencia que son el miedo y la culpa.

Dejas de juzgarte fuertemente o ponerte adjetivos que no te corresponden, abandonas a un lado la necesidad de estar triste, por el simple hecho de sentirte cómodo con el consuelo de los demás, porque es una emoción que reconoces y la vuelves tu zona de confort, empiezas a depurar el enfrentamiento innecesario por el simple hecho de requerir atención, y entonces por fin reconoces tus emociones, tus sentimientos, logras un estado de apertura hacia el aprendizaje de ti y tus necesidades.

Si alguna vez te preguntaste porqué, cometes los mismos errores, o en su defecto porqué siempre obtienes los mismos resultados, entonces es momento de hacer un alto en tu camino, analizar qué haces ahí, cuáles son tus luchas, cuáles son tus culpas y tus miedos, en qué momento perdiste el timón de tu vida y le cediste poder a los demás.

Si te enfrentas a la infidelidad, a la traición, a las mentiras probablemente es momento de serte fiel a ti mismo, de dejar de traicionarte, dejar de mentirte, reinventarte o replantearse las metas, los valores y objetivos, olvidar los conceptos de soledad, de pobreza, de abandono, trabajar la autoestima y el aprecio a uno mismo, dejar de aceptar la compañía de cualquiera, permitir que te lastimen o te dañen.

Ser fiel a uno mismo te permite quererte por completo y no aceptar un cariño menor de nadie más, ser la mejor versión de ti, en tu entorno, en tu sociedad y por lo tanto ser útil, ser un miembro valioso que aporta lo mejor de sí mismo.

Solo así encontrarás el reconocimiento que muchas veces deseamos, un amor honesto y pleno, el triunfo, la victoria, en ese momento se obtiene un estado mínimo de conciencia que te permite abrir los ojos y despertar.

ACLARACIÓN                                           
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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