Una vez más las Chivas rayadas del Guadalajara están dando de qué hablar y no precisamente en el lado deportivo. Una vez más los jugadores del rebaño dejaron claro que no están a la altura de la camiseta que portan y una vez más son los jóvenes los que le dan dolores de cabeza a Ricardo Peláez y compañía.
El teatro de esta semana no fue montado por la Eduardo “la Chofis” López, sino por los también juveniles Uriel Antuna y Alexis Vega, todo esto cuando el ex choricero subió una historia a Instagram donde se le ve a él a Antuna en plena fiesta con motivo del cumpleaños del segundo y justamente a dos días de disputar el partido frente a Toluca.
El consumo de alcohol no es en realidad lo que escandaliza al mundo deportivo. Que lance la primera piedra el que nunca se ha tomado una cubita con motivo de su cumpleaños, pues vamos, que esto es una práctica común en nuestro país y más en un par de chicos. El problema es la actitud que toman los futbolistas al afrontar su error.
Poco tiempo después de haber subido la primer historia, Uriel Antuna subió una donde está abrazado a su pareja, diciendo que lo demás eran rumores y que él se encontraba en casa en compañía de su familia, todo esto usando la misma camisa en ambas publicaciones.
Parece que alguien le echó el pitazo y el “Brujo” borró también la historia para ahora subir una donde aparece en su cama, de nuevo con su pareja e hija, “desmintiendo” las acusaciones que ya para ese momento se habían generado en su contra. Una pena que el futbolista no haya tenido la madurez para asumir su error o cuando menos no negarlo, porque es ahí cuando se muestra el poco profesionalismo que tiene.
Todos podemos equivocarnos, pero el qué hacemos con esos errores es lo que nos define frente a los demás. En este caso Antuna no acertó, trató de esconder su error e implicó a su familia en el proceso.
Tras el incidente, la directiva rojiblanca emite un comunicado donde anuncia que, después de realizar la debida investigación, determinaron sancionar económicamente a ambos jugadores y que éstos no estarían presentes en el partido ante el Toluca, pues serían separados del plantel de manera indefinida. Por lo menos, la directiva había hecho su papel y tras el partido contra los choriceros, el capitán Jesús Molina dio la cara por los dos jóvenes jugadores.
Para quien haya seguido la carrera de Jesús Molina, saben que el jugador siempre ha sido un referente dentro de los equipos que ha estado, desde una edad temprana, en Tigres fue de las voces que más importantes en el plantel, luego en América fue de los hombres de confianza del “Piojo”, en su paso por Santos y Monterrey fue un gran capitán, y ahora con Chivas volvió a dar muestra de la enorme calidad que tiene como profesional.
Tras la decisión de la directiva, Molina, en su rol de capitán, habló con frente a frente con Antuna y Vega, confrontó sus acciones y les exigió el compromiso y seriedad que la institución para la que están trabajando merece. Tras el duro regaño, el líder rojiblanco se acercó con Peláez y Vucetich para pedir la reincorporación de los dos futbolistas. Incluso dio la cara ante los medios y arropó a los futbolistas, no sin comprometerlos en televisión nacional a que tendrían un mejor comportamiento y desempeño dentro y fuera de la chanca.
Jesús Molina fue claro, “es su última oportunidad”. Ahora está en manos de estos dos jóvenes no decepcionar a su equipo, a su capitán y sobre a los aficionados de Chivas, esos que tanto se ilusionaron con su llegada.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
