Recientemente ha ocurrido una serie de desapariciones y un feminicidio de jóvenes mujeres cerca del lugar en donde radico, justo cuando el mundo está detenido ante una pandemia que nos ha mantenido en confinamiento por varios meses se demuestra (una vez más) que la misoginia y asesinatos NO ESTAN EN cuarentena.
Mariana
Mariana Zavala, originaria del municipio de Tlahuelilpan, fue vista por última vez el domingo 2, luego de acudir con una amiga, la joven de 18 años de edad fue captada por unas cámaras de seguridad a la altura de un negocio de pasteles.
Tras su desaparición se ha mantenido una intensa campaña a la que se suman este día activistas y colectivas quienes protestarán en redes a las seis de la tarde de manera virtual con el #NosFaltaMariana.
Alondra
Alondra era una joven sonriente, que siempre compartía su alegría con todos alrededor, así la describen sus amigos, quienes acudieron al quiosco de Tlamaco, en Atitalaquia, para colocar fotografías de ella, además de veladoras y un pequeño arreglo floral.
Según comentan sus amigas, la joven de 16 años de edad solo terminó de estudiar la primaria y desde entonces se dedicó a trabajar. El día de su desaparición les comentó que iría a Tlamaco por la posibilidad de una opción laboral.
Estos dos casos sucedieron Tlahuelilpan y Atitalaquia en menos de quince días, además, fue localizado un cuerpo femenino en Tunititlan y Yazmín desapareció en Mixquiahuala con días de diferencia.
Los asesinatos de mujeres y las desapariciones por motivos de género han crecido 137% en los últimos 5 años en México. Escribo esto con rabia, enojo, miedo y desesperación, porque una vez más nos han robado la tranquilidad. En esta región los feminicidios no son tema nuevo, pero definitivamente han ido incrementando en cifras y lo más alarmante, en atrocidad. Por amor y respeto a quienes ya no están no daré detalles de la muerte y el estado del cuerpo, pero no me queda duda que ni en la peor escena de película de horror se han visto cosas parecidas.
La realidad en México es cruda y aunque nos cueste admitirlo, cada día es un reto poder llegar sana y salva a casa, tienes que preparar tus llaves, gas pimienta o cualquier otra cosa con la que puedas defenderte, mandas ubicación en todos los grupos y descargas cientos de apps que permitan rastrearte “por si algo pasa”, buscas clases de defensa personal, y temes llegar a los periódicos con la fotografía de tu cuerpo desnudo, violentado, desfigurado. SÍ, ESE ES EL DÍA A DÍA de cada una de nosotras.
5, 934 hombres asesinaron a una mujer en 2019, ellos mataron a 16 niñas, jóvenes, ancianas o mujeres adultas por día, 123 por semana y 494 por mes. Nunca me cansaré de decir a través de estas líneas que, LA VIOLENCIA HACIA NOSOTRAS HA AUMENTADO, QUE NOS MATAN PORQUE QUIEREN.
Esta mes no sólo mataron Alondra, basta ver las notas en los medios y hacer la cuenta, SÍ, CADA DÍA 10 MUJERES son asesinadas. Y con ellas mueren las ganas de vivir de sus padres, hijos, hermanos, y familiares, con ellas morimos NOSOTRAS.
Estoy harta de vivir con el terror de ser la próxima, temo por cada amiga mia, por mi madre, mi hermana, mi hija, vivimos en un mundo en donde la violencia NOS AMENAZA, NOS VIOLA, NOS MATA.
Les debemos tanto a ellas, a las que no están, a las que no cuidamos, que ahora debemos más que nunca acabar con esto y luchar para que cada mujer que habita en nuestro planeta viva tranquila. Que nunca más se “filtren” fotografías de nuestros cuerpos, que nunca más ninguna madre, hermana o hija tenga que vivir con miedo, que NUNCA nadie nos lastime.
Marchas en Tlahuelilpan y Tula
Esta semana estuvo marcada por dos grandes días en los que, como mujeres, demostramos la fortaleza que podemos tener y la unidad de la que somos capaces. Es impresionante mirar fotografías, vídeos, carteles, notas y artículos de la jornada maratónica que vivimos, aún hoy me cuesta describir la sensación que experimenté cuando vi a a cada una de ellas, valiente, empoderada, enojada, aguerrida, guerrera…con todo menos con miedo.
Observar a niñas, jóvenes y mujeres unidas por un mismo dolor, gritando la misma consigna, pidiendo justicia, recordando a nuestras hermanas que han sido asesinadas, exigiendo un alto a las violaciones y el acoso, pidiendo libertad, seguridad&.LUCHANDO POR UNA VIDA PLENA Y FELIZ. A todas ellas, mujeres valientes y insumisas, GRACIAS, por que ni un virus, ni un machito ni el temor de vivir se dan por vencidas.
A Mariana, mi niña, me duele que no estes aquí, pero quiero que sepas que te seguimos buscando y no pararemos hasta encontrarte y si tenemos que mover cielo, mar y tierra porque aparezcas lo haremos, y si tenemos que pintar, rayar y romper lo haremos.
A Alondra, no fue tu culpa, te contaron tus alas y me dueles infinitamente, pero exigiremos justicia, y tu muerte no quedará impune. No descansaremos hasta que se encuentre al culpable y si para ello tenemos que rayar, pintar, romper y QUEMAR, lo haremos.
Porque no habrá paz hasta que haya justicia ni buenas formas hasta no se escuchadas, porque no pararemos hasta que estemos todas.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
