La vida de la gran mayoría de futbolistas suele ser de trotamundos, pueden pasar dos temporadas en un club; seis meses después ser traspasados a otro donde no rindan lo suficiente y terminar al otro lado del mundo.

Su vida continúa durante los interminables cambios de ciudad o país y naturalmente, optan por formar una familia. Muchos de los hijos de futbolistas nacen en lugares completamente ajenos a la nación de sus padres y la mayoría, busca seguir los pasos de su progenitor.

Algunos de nacen con menos talento que el papá, otros más y son contados los casos, superan a quien los inmiscuyó en el mundo del balompié y llegan más lejos en sus carreras. Otros solo dan destellos y desaparecen, como el fiasco México-greco-uruguayo Nery Castillo.

Nery nació en San Luis Potosí, México en 1984, se mudó a Uruguay a los dos años, país de donde son sus padres y ahí comenzó su aventura en el fútbol. A sus 16 años, durante un torneo brasileño algunos cazatalento lo vieron y recibió una oferta del Manchester United, sí, ¡A LOS 16 años!

Por problemas burocráticos no se pudo concretar su pase a los “Red Devils” y terminó en el Olympiacos FC. de Grecia. Ese sería su club hasta 2007, cuando salió rumbo al Shakhtar Donetsk ucraniano, donde solo estuvo seis meses por su poca participación. Ocho encuentro y una sola anotación. Ese paupérrimo nivel lo echó de Ucrania y llegó cedido al Manchester City.

En esos años, el City aún no recibía la inyección de petrodólares con las que ya han logrado figurar en la orbe mundial del fútbol, era un equipo de media tabla para abajo y apenas se trataba de consolidar en la Premier League.

Se convirtió en el fichaje mexicano más caro hasta ese momento, aunque fue cedido a préstamo con opción a compra, 20 millones de euros fueron movidos en la transacción.

Cuando le preguntes a algún fanático del fútbol en México ¿qué es lo que recuerda de Nery Castillo? seguramente, el 99 por ciento de ellos te dirá “le metió un golazo a Brasil en una Copa América” y el uno por ciento responderá “Nos dió una copa América inolvidable” (saludos al columnista número doce, leanlo todos los jueves en éste mismo medio).

Y sí, aquella actuación del Tri en el torneo más antiguo de selecciones es recordado por dos cosas, el mentado golazo (sí, fue un golaza-za-zo) y que fue una de las cinco mejores actuaciones en dicho certamen. El tercer puesto se ha conseguido en el 97, 99, y 07 y el segundo lugar en el 93 y 01. Castillo anotó cuatro goles y quedó en tercer lugar de los máximos goleadores, detrás del campeón Robinho (6) y Juan Román Riquelme (5).

En fin, luego de vendernos humo con su supuesta calidad, durante una concentración previa a un encuentro eliminatorio vs Costa Rica, Nery Castillo llegó tarde al Centro de Alto Rendimiento y se dijo que tenía aliento alcohólico.

Un día después, Castillo acudió a conferencia de prensa con Pável Pardo y Fernando Arce, pero los micrófonos y cámaras estaban sobre el entonces jugador del Shakhtar, quien respondía a la prensa con molestia.

Comenzó controlando con zurda: minimizó la labor de los periodistas diciendo que “no sabían de fútbol”, para después hacer un sombrero y recriminar el “poco apoyo hacia la Selección” durante el mal momento que vivían los dirigidos por otro vende humo, Sven Göran Eriksson y luego remató con parte externa al decir su famosa frase “la diferencia es que yo estoy en Europa y tú te vas a quedar en México”.

En ese instante y más rápido que su gol a Brasil se terminó su carrera en la Selección. Aún así se dió el lujo de retar a golpes a otro reportero y siguió amedrentandolo a la distancia. PAra 2009 fue su última presentación con el Tri, se quedó en la banca ante Honduras hasta retirarse en 2014.

Cuando vi esa Copa América tenía 12 años, no sabía nada de la vida y estaba maravillado con la supuesta magia traída de Grecia, pero ahora, creo que Nery nunca quiso cien por ciento estar en la selección, fue su peor es nada ya que en Uruguay se veía difícil su llamado a la celeste y en Grecia tenía menos oportunidades aún.

Ahora, pasa algo similar con el supuesto “Messi mexicano”. Luka Romero juega en el Mallorca de La Liga, debutó hace unos días ante el mismísimo Real Madrid a los 15 años y 219 días, el más joven en la historia. Nació en Durango mientras su padre Diego Adrian jugaba para los Alacranes de esa Ciudad.

Es mexicano por nacimiento, argentino por herencia y español por pasaporte.. Ya ha sido tomado en cuenta para representativos de categorías inferiores de la “albiceleste” y aunque no ha jugado, se hablan muy buenas cosas de él. 

Sabemos que no podrá ser llamado por otro combinado nacional luego de haber debutado en selección mayor, y aunque el medio se desvive por tratar de atraerlo a tierra azteca, parece ser que Luka se quedará en Argentina. Estoy totalmente de acuerdo.

No hay por qué rogarle a ningún futbolista que sienta colores, si lo sabrá él Astro que le va a Cruz Azul desde niño… he visto desfilar a decenas de mercenarios que no ponen alma y empeño, que entregan al equipo porque lo único que les importa es cobrar sus quincenas y no el club que les da de comer ni la afición que los idolatra.

En lo personal, no quiero otro Nery, ¿para qué? si no quiere no hay que rogarle, no hay que enaltecerlo, el joven ya tomó su decisión, ¿para qué darle más prensa? ¡Qué le vaya bien como heredero de Messi!
A ver si él no tiene el pecho tan frío.

(Prometo no volver a hablar de él).

 

ACLARACIÓN                
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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