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La política es un asunto demasiado serio como para confiárselo a los políticos”
Charles de Gaulle
Cuando uno lee la palabra “concejo”, de inmediato piensa que estamos ante un error ortográfico, no obstante, la realidad es que es un término poco empleado en México, pues es una figura de gobierno europea, que refiere a un grupo de personas que se encarga de administrar una municipalidad.
Estamos a unos meses de ver otra consecuencia de la pandemia, es decir, más allá de los efectos en la salud, la economía y la inseguridad, presenciaremos algo inédito para el estado de Hidalgo, y esto es que, en dos meses, y días, dejarán el cargo 84 presidentes municipales con su cabildo y en su lugar, entrarán de manera provisional, igual número de Concejos.
Sin pretender hacer de esta columna, una repleta de tecnicismos, de manera muy sencilla, plantearemos el panorama al que nos referimos.
El 5 de septiembre del 2016, iniciaron el encargo los Presidentes Municipales, acompañados de Síndicos y Regidores, por un período de 4 años que habrá de culminar el próximo 4 de septiembre.
Al día de hoy no se han celebrado las elecciones, pues como tú sabes, la pandemia obligó al confinamiento en casa, de todos, y paralizar la mayoría de las actividades.
Las actividades político administrativas, no se pudieron abstraer de esta realidad y las elecciones que debieron realizarse el 7 de junio, se pospusieron y con esto también, la llegada de quienes habrán de gobernar los municipios.
Todo mundo empezó a especular distintos escenarios, con poco conocimiento en el tema, pues los Concejos Municipales se han instalado en uno que otro municipio, pero jamás en los 84 al mismo tiempo, la incertidumbre llegó a todos los confines de los partidos políticos, de las administraciones municipales, del periodismo político e inclusive de la investigación académica.
Apenas el pasado viernes, la Secretaría de Salud Federal, daba a conocer que Hidalgo y Coahuila (entre otros), pasarían al semáforo naranja, con lo cual, la movilidad y ciertas actividades económicas, podrán ingresar a la “nueva normalidad”.
El mismo día, el Instituto Nacional Electoral (INE), planteaba tres escenarios probables para la celebración de elecciones en nuestra entidad, destacando que las mismas pudieran realizarse, dependiendo de la evolución de la pandemia, el día 30 de agosto o en su caso el 6 e inclusive hasta el 20 de septiembre.
Aun con el primer escenario, es decir realizándose la jornada electoral el 30 de agosto, se entregarían las constancias de mayoría, alrededor del 5 de septiembre, y tendríamos que esperar los períodos de impugnación, ante los tribunales electorales (local y federal), que tardaría alrededor de 40 días, para que quedara firme la resolución de los ganadores en las elecciones municipales.
En otras palabras, y acelerando los tiempos, los nuevos gobiernos municipales, democráticamente electos, tomarían protesta, entre el 12 y el 15 de octubre del 2020.
La ley es clara, ningún mandato se puede extender más allá del tiempo por el cual fue elegido, y culminando el 4 de septiembre, se tendrán que establecer “figuras alternas” para que, en lo que toman protesta los nuevos gobiernos, exista un gobierno provisional, a éste es al que se le conoce como Concejo Municipal.
En futuras ocasiones hablaremos de los requisitos para ser concejero, procedimiento de elección, funciones y número de integrantes de este cuerpo colegiado.
Lo que hoy te comento es que será un reto muy grande para quienes lo integren, pues los munícipes salientes los dejarán sin un solo peso en los fondos, con adeudos de sueldos, pago de servicios como alumbrado público y cuotas de agua con los organismos municipales, estatal y federal, entre otros tantos.
Además, la incertidumbre de cientos de trabajadores de confianza que, ante el temor de perder sus empleos, tendrán todo tipo de reacciones, ante unos “superiores provisionales” que, al no durar más allá de tres meses en el encargo, tendrán poca maniobra laboral y económica.
Hay que sumar que muchos servidores públicos de confianza, no entienden que fueron contratados por un período determinado y que el encargo para el cual fueron asignados, culmina junto con la administración saliente, por lo que la labor de los Concejos, será desgastante y sembrará muchos rencores.
Peor aún, quien gane democráticamente, tendrá muy poco tiempo para trabajar su presupuesto de ingresos y egresos y cero margen para administrar recursos inexistentes, enfrentando la realidad de no tener dinero ni para sueldos ni aguinaldos.
Pocos, muy contados, serán los ediles salientes que, con responsabilidad, dejen recursos provisionados para permitir una transición legítima y que permita la gobernanza, con lo cual, no dejarán sospecha sobre su honestidad, responsabilidad, conciencia social, política y administrativa; el resto, deberá sr objeto de auditorías e investigaciones, para que respondan por su mala administración.
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Por hoy me despido, esperando tus comentarios.
Hasta la próxima.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
