“Deseo sinceramente que tanto los de mi raza, como la industria cinematográfica, siempre puedan creer en mí. Mi corazón está demasiado lleno para decirles cómo me siento. Puedo decir gracias y que Dios los bendiga.”

Con esas palabras, en medio de un cortante llanto y con notable emoción en su rostro, quedaron registradas para la historia, las imágenes de Hattie McDaniel recibiendo en 1940, el premio Óscar de la Academia como mejor actriz de reparto, por su personaje de Mammy, en la película de 1939, Lo que el viento se llevó (Gone With the Wind).

La cinta estadounidense, un clásico del cine universal. Fue dirigida por Victor Fleming, protagonizada por Clark Gable y Vivien Leigh. Es un drama épico, con una gran historia de amor, ubicado en el periodo de la Guerra de Secesión en los EE.UU., a mediados del siglo XIX. En la construcción del filme, con una duración de 222 minutos, también intervinieron  los maestros del cine George Cukor y Sam Wood.

Esta semana, la plataforma de streaming HBO Max, anuncia que retira temporalmente este producto. Argumentando representación y exaltación de racismo en la obra, además de describir principios éticos racionales erróneos y representar de manera equivocada a los afroamericanos. Esta plataforma  hará un añadido a la película, para ubicar el contexto de época  y facilitar su entendimiento.

Me parece que es una medida innecesaria. Retirar de cualquier forma, temporal o no, un producto fílmico histórico, con altos valores, narrativos, técnicos y artísticos, es un error. Es, entre otras fallas,  suprimir y minimizar el gran logro de Hattie McDaniel, quien fue la primera persona afroamericana en obtener una estatuilla de la Academia.

No hay mejor entendimiento que ver la película. Basada en la novela escrita por la periodista ganadora del Premio Pulitzer, Margaret Mitchell, a finales de los años 20, en el siglo pasado. La acción de la historia ocurre en el sur de Estados Unidos, en las plantaciones de algodón, justo al comienzo de la Guerra Civil. Cuando estaba a punto de extinguirse la esclavitud en aquel país.

Pasaron más de 20 años para que otra persona afroamericana obtuviera un Óscar, fue Sidney Poitier, fue el de mejor actor en el año 1963 con la película Los lirios del valle (Liles of the Field), dirigida por Ralph Nelson. Y fue hasta 1991, que otra actriz afroamericana pudo hacerse de un Óscar, se trató de Whoopi Goldberg, como mejor actriz de reparto en la película Ghost, dirgida por Jerry Zucker.

Hoy, debemos recordar que Hattie McDaniel, por ser afroamericana tuvo que solicitar un permiso para asistir a la ceremonia de premiación de la Academia, que se tuvo que mantener separada del resto de los asistentes, que ha sido una inspiración para actrices y actores afroamericanos. Tal como lo demostró en el año 2010, Mo´Nique, ganadora  del Óscar a mejor actriz de soporte, por su participación en Precious, dirigida por Lee Daniels; ella dedico su premio a Hattie McDaniel. Lo más justo sería que su trabajo no se explique ni se oculte, que su legado no se convierta en lo que el racismo se llevó.

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