Hola a todos mis Astros, para continuar con el tema donde mi Cruz Azul de toda la vida se vio envuelto en un caso de corrupción y desvío de fondos de la Cooperativa hacia cuentas personales del presidente del equipo Guillermo Álvarez Jr., les platicaré que se pudo haber hecho con esos mil 231 millones 847 mil 118.14 pesos.

Cuando digo “de toda la vida” es literal, pues existen fotos mías donde con pocos meses en este mundo ya portaba el escudo de mi máquina y con tantos años siguiendo al equipo me siento capaz y calificado para criticarlo, burlarme y opinar al respecto pues si sé de algo, es de sufrimiento y decepciones futbolísticas, malos manejos y desinterés de la directiva por lograr la ansiada novena estrella.

En fin, redondearemos a mil 231 millones de pesos el monto que nuestros “queridos” directivos supuestamente se llevaron de las arcas de la empresa que dio vida al equipo hace ya 93 años. Haremos esta dinámica aunque hace unos días, varios medios comentaban sobre la absolución de “Billy” por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera.

Todo aficionado cementero sueña con un estadio propio, un lugar donde comenzar a edificar nuevas glorias y alimentar una historia en un hogar propio, sin estar de arrimados con el odiado rival o en un edificio maldito como lo es la Ciudad de los Deportes.

Cruz Azul merece una arena de la talla del Estadio BBVA de Monterrey, el Territorio Santos Modelo o el Akron de Chivas, esos estadios rondan los cuatro mil millones de pesos, casi cuatro veces más del dinero conocido en la gran estafa celeste, pero seamos sinceros, si algo sobra es el cemento, materiales, maquinaria y constructoras ahí se podría tener un ahorro.

Pero, conociendo a nuestra gente, no creo que realicen tal inversión, el proyecto que había rondado por los medios hace algunos meses está parado y no parece haber interés en reanimarlo, sin embargo, se vale soñar aunque sea con un estadio como el de la nueva y flamante franquicia, el Mazatlán FC.

Aún sin nombre, dicho coloso tiene una capacidad para 25 mil personas comodamente sentadas, 39 palcos, luces de última tecnología, dos áreas de bar (una en cada ala del estadio) y su sótano para los equipos que jueguen ahí. Todo esto en cuatro niveles, muy al estilo de la NFL y MLB.

En cualquier parte de las gradas se tiene una gran vista y costó cerca de 500 millones de pesos, poco menos de la mitad de nuestro dinero para gastar.

Nos quedan 731 millones de pesos o lo que es lo mismo pero en euros (moneda manejada en trnsfermarket, plataforma en la que nos basaremos para comprar jugadores), 29.5 millones.

Diogo Jota, extremo izquierdo y compañero de Raúl Jiménez en los Wolves de Inglaterra, el lateral francés del Bayern, Benjamin Pavard, nuestro Chucky Lozano y el mismísimo Luis Suárez, uruguayo estrella del Barça están tasado en 28 millones. Un tanto imposibles por lo extraorbitantes y volátiles que han sido los precios desde la llegada de Cristiano al Madrid. Por cualquiera de estos jugadores pagarían por lo menos, el doble de su estimado en la página web.

Ahora, buscaremos futbolistas que sí podrían llegar a méxico:

Carlitos Vela, tasado en 12 millones, Chicharito en 6.8; Andrés Guardado y Héctor Moreno en 3.2 cada uno nos dejarían un gasto de 25.4 millones de euros, fácilmente recuperables y multiplicables con entradas al estadio solo para verlos y venta de playeras y patrocinios.

Nos sobrarían 4.1 millones para fuerzas básicas, claro, si no se quisiera invertir en jugadores consagrados y en formar jugadores, está la opción de comprar.

En inversiones a futuro, de 25 años o menos: el mediocampista de los Rayados, Carlos Rodríguez y Víctor Guzmán de los Tuzos, costarían unos 6 millones cada quién. También de Monterrey, César Montes 5.2, Erick Gutiérrez del PSV 4.8, Uriel Antuna del Galaxy 4, Jorge Sánchez del América 3.2 al igual que Erick Aguirre del Pachuca.

Por todos ellos el costo total sería de 30.2 millones, casi uno más que nuestro presupuesto que podrían pagarse con el dinero que redondeamos en el presupuesto inicial.

Así es, estadio moderno y funcional (aunque no de la capacidad que Cruz Azul podría llenar) y un grupo de mexicanos consagrados o jóvenes promesas nacionales para nutrir al equipo y darle nueva identidad. En esto se podría gastar la millonada de la que la malísima trinidad de anti-Astros celestes (“Billy” y Alfredo Álvarez y Victor Garcés) fueron acusados de “tomar prestada”.

Creo hablar por la gran mayoría de la afición cuando digo que queremos un estadio nuevo y propio, pero& se vale soñar.

 

ACLARACIÓN                
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *