No sé mis queridos lectores si a ustedes les ha pasado que, de repente, dentro de las redes sociales todo el mundo empieza a hablar de un tema de tal manera que uno ya lo tiene hasta en la sopa. Pues algo así me pasó esta semana con El presidente, que es la nueva serie original de Amazon Prime y que está disponible desde el pasado 05 de junio en dicha plataforma.

Desde su estreno, varios youtubers, influencers y gente allegada al mundo del futbol, le han hecho propaganda a través de sus redes sociales, cosa que no me gustó para nada, porque se nota a kilómetros que Amazon les soltó un billetito para que hablaran bien de su serie, haciendo que las recomendaciones se vean más falsas que las reacciones de los invitados de Televisa a los partidos de la eLiga MX.

Por esto y más no he visto El Presidente, porque a fuerza ni los zapatos entran, y en lo que me animo mejor les cuento del caso en el que está inspirada, me refiero al FIFA Gates.

 Todo comenzó con el Santa Closs de la CONCACAF, su ex vicepresidente y hoy difunto Chuck Blazer, quien en el 2013 fue acusado por las autoridades de Estados Unidos por corrupción y lavado de dinero, aprovechando la detención, el FBI le echó montón y también lo acusó por ser parte de una red de sobornos desde 1991, que tenían que ver con la FIFA y las federaciones del continente americano.

Rodeado de acusaciones, el bueno de Chuck se arrepintió de todos sus pecados y se declaró culpable, para después ofrecer a las autoridades su ayuda para atrapar a lo demás implicados en dicha red. A partir de ese momento, Blazer se convirtió en un agente encubierto que grabó distintas reuniones de la FIFA, gracias él se documentaron sobornos millonarios por parte de compañías originarias del sur del continente para que éstas fueran favorecidas con la concesión de los derechos televisivos, publicidad y equipamiento en los distintos eventos a realizarse (Copa América) en el 2015.

Tras el trabajo conjunto del FBI y Blazer, en el 2015 varios dirigentes del máximo organismo del futbol fueron arrestados en Zúrich, Suiza, en la víspera de las elecciones del nuevo presidente de la FIFA.

Es aquí donde aparece el protagonista de la serie de Amazon, el entonces mandamás de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile, Sergio Jadue.

El papel de Jadue dentro de esta operación es un tanto insignificante, pues de los cientos de millones que se repartieron en sobornos, a él solo le tocó millón y medio, pero lo que le valió para que su historia fuera la protagonista en una serie televisiva fue la suerte y rapidez con la que se convirtió en un hombre de poder con tan solo 36 años.

Jadue era un tipo que sabía relacionarse con las personas correctas, a los 28 años comenzó a codearse con la junta directiva de un equipo modesto de la segunda división chilena, llamado Deportes la Calera. En menos de un año Sergio logró entrar a la junta directiva y pocos meses después fue presidente del equipo, el cual logró ascender durante su gestión.

Una vez asentado en la primera división, se relacionó con los dirigentes de los equipos más importantes del país, y a pesar de que muchos lo consideraban un hombre sin chiste y con poco carácter, logró crear alianzas significativas que, en el 2011, le rendirían frutos al ser nombrado presidente de la Federación Chilena de Futbol.

Una vez tomado el cargo fue cuestión de tiempo para que formara parte de la red de corrupción que imperaba en la CONMEBOL (confederación sudamericana de futbol) y fue así como terminó recibiendo distintos sobornos, destacando el ya mencionado millón y medio de dólares.

Muchos dicen que quien logró el éxito de Jadue fue su esposa, María Inés Facuse, aunque lo único real es que la meteórica carrera del dirigente chileno estaba condenada al fracaso.

¿Ustedes ya vieron “El Presidente”? ¿fue de su agrado?

Los invito a que me compartan sus reacciones y nos vemos la siguiente semana

¡Hasta la próxima!

 

ACLARACIÓN                 
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo. 

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