Son tiempos diferentes, sensaciones inexplicables, momentos de cambio, el cambio al que muchos llegamos arrastrándonos, otros felices y muchos más sin ni siquiera entender lo que sucede.
Podríamos empezar por preguntarnos cuál es aquello de lo que tanto he huido, y cuanto tiempo nos tardaremos en retrasar esto hasta que todos comencemos a movernos en un mismo sentido, hacia un avance inminente, sin retrocesos.
Comencemos de lo más simple, de aquella resistencia que tenemos a ser felices, de aquellos compromisos que entendemos como obligaciones morales, y que en muchos casos son barreras enormes hacia el camino de la felicidad, hoy es el primer día si quiero que el planeta vuelva a girar, que la vida vuelva a surgir, y el mundo se active, hoy es el día, ¿Qué decisiones debo tomar?, aceptaré todo lo que viene, cambiaré mi vida, entenderé, que es lo realmente indispensable, hoy en el encierro me doy cuenta que puedo vivir sin muchas cosas que en su momento considere importantes.
También valorare más en que gasto mi tiempo y mi energía, buscaré ser más empático, entenderé el trabajo de aquellos que sirven para mí, y mis necesidades, daré un valor adicional a la salud.
Y reafirmo que existen prioridades por las cuales deseo luchar, el futuro es completamente incierto como siempre lo ha sido, con la diferencia que nos demuestra que los tiempos son únicos, que un mañana puede ser demasiado tarde.
Dejemos un poco de lado la estructura y rigidez, trabajemos más en la actitud, en las emociones, en los sentimientos, evolucionemos hacia la realización de uno mismo dejando atrás todo aquello que además de ser incierto es innecesario.
Decídete por todo aquello que llene tu ser, déjate llevar por el instinto, fluye, porque si de algo no te has de arrepentir es de hacer las cosas, de dejar de seguir dañando con la peor versión de ti, quedándote donde no te corresponde.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
