Qué mejor que utilizar el tiempo a nuestro favor y no en contra. El coronavirus ha llegado para cambiar nuestras rutinas pero eso no significa que tengamos que estar picándonos los ojos de aburrimiento en casa.
Una excelente idea es reorganizar nuestro armario para aprovechar el tiempo desde nuestro hogar y meditar sobre lo que conservamos. No todo lo tenemos que guardar para la eternidad, lo más sano es deshacernos de las cosas que ya no utilizamos, darles una segunda vida o, si es necesario, de plano desecharlas.
El desorden
La experta en limpieza y acomodo Marie Kondo, propone sacar todo lo que tengas en tu clóset y apilarlo, de esta manera verás amontonado to-dito lo que guardas. Con la finalidad de ser conscientes sobre lo que realmente utilizamos o no, la opción de vaciar el espacio en el que acomodas tu ropa es necesaria.
Teniendo afuera tus prendas podrás armar looks diferentes, probar las que tengas indecisión si se quedan o se van y volver a utilizar aquella pieza que no recordabas que tenías.
Separa
Categorizar es una de las herramientas que mejor funcionan para el acomodo en general. Separar por categorías te quitará la sensación de “no tengo nada qué ponerme hoy” pues verás tu armario equilibrado y limpio.
1) Uso: Si tus prendas están manchadas, rotas o tienen algún desperfecto es mejor que te deshagas de ellas. No quieres dar una mala impresión, pues recuerda que tu ropa habla por ti y siempre es bueno dar a relucir lo mejor.
Una vez elegido lo que conservarás, puedes doblarlas o dejarlas en un gancho por uso. Esto quiere decir que en un montón pondrás la ropa que llevas al trabajo, en otro la del gym, aparta tus pijamas, ropa interior, la ropa para fiesta y lo que usas en entretiempo.
2) Color: Lo que sigue es apartar la ropa por colores. Ya que tienes definido lo que utilizas para cada ocasión, pones hasta abajo o al fondo los colores más oscuros y hasta arriba o al frente los más claros. ¿Por qué no al revés? Porque al abrir tu armario verás los colores más llenos de luz y eso te dará ánimo a crear más combinaciones y mezclas.
3) Temporada: Si sabes que terminó el invierno y es hora de utilizar tus piezas floridas, lo ideal será dejar los sacos, abrigos y chamarras al fondo, para dar prioridad a lo que utilizarás más seguido.
Una regla importante para saber qué se queda y qué se va es si esa playera que tanto amas la has utilizado en los últimos 6 meses. Si la respuesta es no, pero te sientes demasiado apegado a ella, puedes conservarla unos meses más. ¿Por qué 6 meses? Porque es el tiempo que pasa en cambiar una temporada a otra.
4) Acomodo: De ser posible, consigue ganchos gruesos y anchos de madera o plástico resistente, evita los ganchos de alambre o delgados pues no conservarán la forma de la ropa.
Prendas que se cuelgan: Blusas, camisas, playeras, sacos, chamarras, vestidos, chalecos y abrigos. Para conservar su estética y pulcritud.
Prendas que no se cuelgan: Suéteres, sudaderas, leggins, ropa interior y pijamas. Pues pierden su forma al estar pendientes de un gancho.
5) Zapatos: Lo ideal es tenerlos a la vista para que no te pongas diario los mismos. Después de utilizar un par mantenlos limpios, de ser posible en estantes con tapas transparentes para poder verlos y al mismo tiempo evitar el polvo.
Para que no se deformen, puedes conseguir hormas de madera o una estantería que permita espacio entre cada par. Deshazte de aquellos que estén rotos o despegados, bolea los que utilices más seguido y tenlos siempre listos. Arregla las tapas a los tacones y conserva solo los que realmente combinen con tus prendas actuales.
6) Complementos: Las bolsas, cinturones, sombreros y maletas mantenlos aparte. Designa un espacio en el que no se encimen ni pierdan estructura.
Aprovecha el espacio dentro de las maletas para guardar cosas de otras temporadas como bufandas o gorros. Cuelga los cinturones. Las bolsas sepáralas por uso, junta las que utilizas para trabajar, separa las que son para salir de fiesta, más pequeñas, tus mochilas de viaje y hasta las que llevas al súper.
Decir adiós es crecer
Algunos somos más apegados que otros o almacenamos cosas innecesarias. Si es tu caso, aparta las cosas que tengas indecisión de conservar y al final de tu acomodo pregúntate si realmente volverás a utilizarlas, agradece los momentos que te dieron y despídete de aquello que no sume a tus outfits.
Puedes donar o regalar la ropa y accesorios que ya no ocupes para darles una segunda vida. Y si tienes prendas nuevas o que utilizaste poco, también podrías sacarles provecho vendiéndolas.
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Dicen que cuando algo sale de tu armario da entrada a algo nuevo, no pierdas la oportunidad de lucir renovada con mezclas nuevas o sacando provecho de esas prendas que ya no recordabas que tenías en medio de la tormenta de tu guardarropa.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
