Recientemente se estrenó en los circuitos comerciales de nuestro país, la última película del director brasileño de origen argentino, Héctor Babenco, Mi último amigo (My Last Friend). Protagonizada por Willem Dafoe, un genio de la actuación cuya vigencia pareciera eterna.
Por cierto, esta película, Mi último amigo, tuvo un estreno póstumo en el 2015, año en que Babenco murió. Tuvo un paso por festivales de cine, un estreno comercial en Brasil, y ahora cinco años después, tiene distribución internacional. Sin duda un caso peculiar.
Retomando al genio de la actuación Willem Dafoe, tengo que decir que me sorprende no solo la vigencia que mantiene en la industria cinematográfica, me sorprende la versatilidad en las obras y proyectos que toma, me sorprende ver a un actor más grande, fascinante.
Willem Dafoe nunca se casó con algún género o tendencia. Ha estado en todos los ángulos a los que pueda aspirar un histrión. En el presente, no existe alguien más con la fuerza escénica que ofrece este monstruo de la actuación. Su carrera y sus interpretaciones no son comparables con nadie.
Lo recuerdo como el Sargento Elías en Pelotón (Platoon), película dirigida por el legendario Oliver Stone en 1986; eran los principios en la carrera de Willem Dafoe. Diez años después, lo veíamos en la pantalla con un estruendoso personaje en El paciente inglés (The English Patient), cinta dirigida por el extraordinario Anthony Minghella. A mediados de los años de los noventa era ya uno de los actores de reparto más prestigiados del orbe.
Para el año 2002 el mundo del cine comercial se sorprendía con el Duende Verde, encarnado por Dafoe. Esta interpretación de Norman Osborn, en El Hombre Araña, resultó memorable para el público. En la actualidad, el público joven sigue teniendo como referencia del cine de súper héroes al Duende Verde de WillemDafoe.
Ahora, es uno de los actores de su generación con mayor presencia en las pantallas. Es impresionante la versatilidad actoral que en la actualidad ofrece. El año pasado reafirmó su grandeza con la actuación soberbia ofrecida en El Faro(The Lighthouse), junto a Robert Pattinson. De esa película de autoral, pasó al ámbito más comercial con Togo, una historia presentada por Disney. También el año pasado fue parte del elenco en la película Huérfanos de Brooklyn (MotherlessBrooklyn), dirigida por Edward Norton.
Willem Dafoe, vive su mejor momento actoralmente hablando. Es, sin duda alguna la representación de la vigencia eterna de un genio.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
