Concursos de belleza, lencería para niñas, muñecas de silueta sinuosa y cintura humanamente imposible… ¿qué estamos enseñando a nuestras niñas sobre lo que significa ser mujer?
Comencemos con los conceptos
La hipersexualización es la tendencia a enfatizar el valor sexual de la persona por encima de cualquier otra cualidad definitoria. Esta tendencia se extiende con trágica rapidez a la infancia, acabando con ella.
El culto al cuerpo, a la apariencia física por encima de todo está cambiando a nuestras infancias. Estamos llegando a un punto en el que las personas dejan de tener valor si su imagen no coincide con los estándares previamente establecidos.
No es difícil notar cómo el cuerpo (sobre todo el femenino) se representa en campañas publicitarias. Cuerpos-mercancía acompañan todo tipo de anuncios publicitarios, tanto en medios impresos como audiovisuales. En especial se presenta el cuerpo femenino en una suerte de metáfora visual: la sensualidad femenina es igual a éxito y éste es sinónimo de poder. Pero, paradójicamente, las más de las veces ese poder no es para la mujer de escultural silueta, sino para aquel que la posee: un hombre.
La publicidad de juguetes, películas, videojuegos, videos musicales y moda dirigida a los niños, contribuye a generar una hipersexualización cada vez más precoz en la infancia, en especial en las niñas de entre cinco y nueve años de edad, afirmó Gabriela Orozco, académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
De acuerdo con un comunicado de la UNAM, la hipersexualización exalta la sexualidad de los pequeños, al ser presentados como miniadultos; este proceso es innatural e insano para su desarrollo, pues podría afectar su salud mental y psicológica, además de propiciar a más corta edad ansiedad, depresión, insatisfacción corporal y trastornos alimentarios como anorexia y bulimia.
Asimismo, promueve el erotismo prematuro de las niñas, que constantemente son bombardeadas con modelos de éxito social debido a sus atributos físicos. “Esto las expone a comportamientos sexuales patológicos, pues visten con ropa inadecuada, se maquillan y usan tacones”.
Utilizan tacones y se maquillan
Una cosa es jugar a vestirse como mamá, y maquillarse con ella como parte de la identificación natural entre madre e hija, y otra es la hipersexualización.
¿Qué es la hipersexualización en niñas? Significa “la sexualización de las expresiones, posturas o códigos de la vestimenta demasiado precoces”.
La hipersexualización se alimenta de muchas fuentes: publicidad, ropa, series de televisión y programas infantiles, videoclips sugerentes, la moda en video (en ciertos canales de video en línea, vemos niñas pequeñas haciendo tutoriales de cómo maquillarse). A las niñas les fascina verlos, ¡tienen millones de vistas! ¿son necesarios?, concursos de belleza en televisión, etc.
La sociedad actual está llena de imágenes sexualizadas, según el Informe Bailey. Los padres están conscientes de esto, pero al mismo tiempo no saben cómo actuar. Y es muy fácil caer en la trampa: “Si otras niñas lo hacen, no ha de estar mal.”
Esta trampa fatal está cada vez más dirigida a las niñas y las adolescentes. Desde pequeñas se vende la imagen de princesas impecables de cuerpos sinuosos que esperan al príncipe que las salve; muñecas de silueta humanamente imposible pero socialmente deseable, atuendo sexy, incluida lencería, por supuesto. Mujeres objeto. Ahora piensa, ¿qué mensaje transmite todo esto a las niñas, que rápidamente aprenden a admirarlas e imitarlas?
La hipersexualización se extiende a gran velocidad, y condena a nuestros niños, y sobre todo a nuestras niñas, a la búsqueda del imposible cuerpo y aspecto perfecto, a unos valores y principios que se quedan en lo superficial, sin llegar al fondo, que dejan de lado otras cualidades de las personas y, en definitiva que hacen de ellos objetos en lugar de sujetos.
¿Qué puedes hacer para evitar la hipersexualización infantil?
- Cuidar la inocencia y la etapa en la que se encuentran. Atender los programas que ven y sé firme en los límites. Si no es apropiado, no puede verlo.
- Cuida su vestimenta. Recuerda que es una niña, no una versión pequeñita de mujer.
- Permite el juego de identificación de género, pero no lo impongas o lo permitas como una forma de vida de la pequeña. Ejemplo: Jugamos a vestirnos y pintarnos como mamá. Es sólo un juego, no es para que se vista así o que lo haga todos los días. “Cuando crezcas podrás maquillar tu cara.”
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La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
