Apenas la semana pasada, en esta misma columna, comenté de la importancia de cerrar filas en torno al Presidente y darle el beneficio de la duda, para que este año tome las mejores decisiones.
No obstante, apenas 8 días transcurridos, el malestar social en distintos sectores se hizo notorio, peor aún, entre su propio equipo de trabajo hubieron duras acusaciones, que generaron la intervención directa del primer mandatario.
Con bombo y platillo, Andrés Manuel anunciaba la cancelación del Seguro Popular, por ser, según su dicho, un nido de corrupción, en donde se cobraban cuotas excesivas y no se atendía al mexicano de más escasos recursos.
Así y para iniciar el año, prometió un Instituto de la Salud para el Bienestar (INSABI), que fuere totalmente gratuito para todos los mexicanos, en donde hubiere los medicamentos al cien por ciento para combatir las enfermedades que tanto aquejan a los ciudadanos.
Todos aplaudimos la medida, pues aún sin prueba alguna de la corrupción señalada, y como fue la tradición en su primer año de gobierno, le creímos lo que con tanta confianza nos dijo.
Quizá su equipo no obedece sus instrucciones, quizá los integrantes de su partido, que son inmensa mayoría en el Congreso, no le avisaron que, en el presupuesto de ingresos para este 2020, decidieron, con base a lo que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público les presentó, autorizar el cobro de cuotas en varios de los servicios que atienden las enfermedades más delicadas del mexicano.
Así, las cámaras de medios de comunicación como Milenio y Multimedios, acudieron a los nosocomios federales, en donde entrevistaron a pacientes y familiares y en cadena nacional, expresaron su justificado malestar, tanto por cobros excesivos, como por falta de medicamentos y tratamientos.
Literal, manifestaron que, con el Seguro Popular, pagaban la noche en una cama de hospital, un total de 87 pesos y ahora les cobran 485 pesos; por Radio Terapia, que era totalmente gratuita en la anterior administración, (el cobro era de CERO pesos), hoy cobran en promedio 4,000 pesos.
Sumado a que denunciaron la desatención de médicos y enfermeras, en virtud de no tener medicamentos suficientes e inclusive en algunos casos básicos para paliar enfermedades y procedimientos médicos diversos.
Ante las quejas y testimonios públicos, el Presidente salió en la famosa “mañanera” a “desmentir” a la gente que padece una enfermedad, comentando que, medicamentos hay y que seguramente existe una confusión por los cobros, pero que él lo revisará.
En entrevista con medios, el titular del INSABI, Juan Antonio Ferrer, desmintió al Presidente, al manifestar que los enfermos “no pagarán todos los servicios, pero que, si hay cuotas que cubrir para garantizar varios de ellos”; una vez más pareciera que la cabeza piensa y dice una cosa y los pies hacen otra.
Mientras, quien paga los platos rotos, son los enfermos y sus familias, con el desgaste moral y económico que esto implica; a ellos ¿Quién los ayuda?
Por otra parte, la política fiscal, se está convirtiendo en el sello de un terror que desanima y desincentiva la inversión, con mayores cobros y una Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que se la pasa “denunciando” que investiga a muchos políticos que NO comparten ideologías con el partido hegemónico, sin que se hubiere realizado un procedimiento penal al respecto.
Han congelado cuentas y puesto en la palestra de los medios a muchas figuras, declarándolos públicamente culpables sin previo juicio, y aún y suponiendo sin conceder, que fueren inocentes, para la sociedad ya han sido criminalizados.
Lo anterior generó que Alejandro Gertz Manero, titular de la Fiscalía General de la República (FGR), se quejara de la falta de seriedad y apego a la ley de las declaraciones del titular de la UIF, pues viola derechos humanos y anula la presunción de inocencia.
Pareciera que quienes llegaron al poder, están interesados en perpetuarse en él, algunos otros en tomarlo para revanchas personales; mientras tanto, las muertes siguen, la economía no crece y el 2020 se ve oscuro, viviendo solo de discursos y repartiendo dinero para generar dependencia de un sector que, con él mismo, NO hará crecer la economía, pero será cliente político de lo que más adelante se requiera&
Por hoy me despido, esperando tus comentarios.
Hasta la próxima.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
