La temporada navideña llena de paz y armonía, hace tiempo que es solo un mito más de la mercadotecnia que ataca sin parar. Las navidades perfectas habitan en el imaginario de un público incentivado por perfectas pautas publicitarias que ofrecen mesas repletas de ostentosos platillos, además de las perfectas envolturas de regalo rojas y verdes.
Hoy, el mundo que celebra la Navidad, ha dejado de ser religioso. Por lo tanto las millones de personas que no tenemos apego a ciertos valores religiosos, no debiéramos celebrar estas fechas. Aunque se agradece el disfrute de una temporada de descanso. En lo personal, esta época me trae nostalgia por la infancia.
El árbol, las luces de colores y sí, los regalos, eran la causa de mis alegrías decembrinas. Y qué decir de aquellas películas que pasaban en la televisión, regularmente las mismas año tras año. Crecí viendo clásicos de Hollywood y las rarezas mexicanas navideñas de la época de oro.
Una película infaltable en la programación invernal era: Santa Claus, cinta de 1959, dirigida por René Cardona y protagonizada por el gran José Elías Moreno, encarnando a Santa, acompañado de un mítico Cesáreo Quezadas “Pulgarcito”, niño actor de aquella época. Esta es una bizarra y casi surrealista obra cinematográfica. Santa Claus luchando con Merlín en contra de un pintoresco diablo. Sin duda lo más kitsch que he visto respecto a la Navidad.
Otro título que se hizo infaltable en las programaciones navideñas desde los años ochenta hasta nuestros días es Gremlins, filme de 1984, producido por el genio Steven Spielberg y dirigido por Joe Dante. Se convirtió en un clásico a pesar de presentar elementos que pronto pasaron de moda en las cintas de aquel tiempo, criaturas extrañas, adolescentes y mucha fantasía.
El extraño mundo de Jack (The Nightmare Before Christmas), es una maravilla de la animación stop-motion. Fue producida por Tim Burton, con guion basado en un poema de él. Desde su estreno en 1993, se convirtió en una pieza de culto, tanto para las celebraciones navideñas, como para el Halloween. Esta película significa un redescubrimiento de la Navidad.
En el presente, la tecnología nos brinda la posibilidad de elegir lo que queramos ver entre miles de opciones disponibles. Yo sigo eligiendo estos títulos que junto a otros tantos, aumentaron la magia de cada Navidad vivida. Los tres títulos que incluyo aquí, seguramente seguirán trascendiendo al tiempo, seguramente seguirán adornado las navidades cinematográficas hasta la eternidad.
