Seguramente, como a todos nos ha sucedido, tal parece que después de que se termina una relación amorosa, por las diferentes variantes que existen, como que se acabó el amor, encontraron o encontraste a otra persona, quizá te fueron infiel o tú lo fuiste, entre muchas otras, al parecer normales, todas se apegan a la única regla del desamor: “ya no te quieren”.
Sé que es muy difícil asimilarlo, sobretodo porque nos enseñan estereotipos, con los que nos hicieron creer que el amor era para siempre, como en los cuentos de hadas y princesas, donde después de la boda, todos son felices eternamente. La realidad es que al amor hay que a cultivarlo todos los días.
No digo que no existan personas que sean tan afines que su personalidad sí los lleve a construir el amor verdadero, pero hoy estamos hablando de cuando el amor se acaba y ahí ya no hay vuelta atrás, nada ni nadie pueden revivir algo que ya se terminó, por las razones que sean.
Hay ciertas señales que nos indican que el amor está descendiendo: falta de interés, cuando sentimos que el amor es ya una carga y no un alivio, cuando nos mienten, cuando vemos al amor como una obligación y no un gusto, cuando se portan distantes o fríos, cuando ya sentimos el rechazo, todas estas causas dañan seriamente nuestra autoestima y nuestro autoconcepto, se nos olvida amarnos sobre todas las cosas.
Honestamente no creo que nadie tenga necesidad de suplicar amor o utilizar el chantaje emocional o la manipulación para querer retener a la persona amada, a la persona que ya se quiere ir, porque en verdad somos personas muy capacitadas para encontrar nuevas y distintas relaciones, y aprender de las relaciones pasadas, ya que estas nos enseñan qué es lo que no queremos y qué es lo que buscamos del amor. Si somos positivos podremos direccionarnos hacia nuestro propio bienestar.
Normalmente, cuando llega la sinceridad, cuando la otra persona te dice que ya no te ama, nos aferramos, le suplicamos que no nos deje, queremos basar nuestra vida en la esperanza de que quizás la otra parte reflexione, de que quizá nos valore.
La pasamos bastante mal, nos sentimos abandonados y ese sentimiento es destructivo, nos llena de dolor, te aseguro que si lo dejas pasar podrías retomar muchas cosas en ti que quizá pausaste por darle prioridad al amor, a tu expareja.
Es mejor aceptar que terminó, seguir tú camino, ya que en realidad puede estar lleno de sorpresas positivas, pero como estamos sometidos ante la desesperación de la pérdida, no tenemos la capacidad de ver que podemos realizar muchas actividades que nos conduzcan a valorarnos, a estar convencidos y firmes poder decir: “está bien si te vas, yo sigo adelante”, ya que nacimos solos y nos iremos de vuelta solos. Todo está en cómo tú quieras vivir esa ruptura amorosa, porque todo se supera y más si tú pones tú dignidad por delante.
Evalúa qué conductas de la otra persona no te convencían, porque siempre queremos culparnos a nosotros mismos de todo, sentimos que hemos fallado y por eso la persona nos dejó de amar, que por eso se va.
Voy a mencionar algunos ejemplos: si te dicen la verdad, como un: “ya no te amo, quiero ser honesto, encontré a otra persona”, normalmente nosotros nos vamos para abajo, pensando obstinadamente en qué tiene la persona que encontraron que nosotros no, que si es más atractiva, que si es más joven, que si le va mejor laboralmente o económicamente y nos hacemos tantas suposiciones dolorosas que dejan hasta el suelo nuestra autoestima.
Insisto, el problema no es uno mismo, somos tan buenos como queramos, pero tenemos, sin duda, características maravillosas aunque diferentes, que la otra persona no necesita, así que no te compares con nadie, rescátate de una situación así, dedícate tiempo, mejora todo lo que tú creas conveniente, no lo hagas por la otra persona, al final ni así va a regresar.
Otro ejemplo sería que si sabes que tu pareja te miente por no verte o por cualquier otra causa, puedes hacerte de la vista gorda ante sus mentiras, hacerle pensar que le crees, solo para que descubras realmente quién es, pero solo estas alargando lo inevitable, que es la ruptura y es preferible que duela de una vez lo que tenga que doler, a que duela cada vez que nos miente.
No accedas a unas cuantas migajas de amor, nacimos para amar y ser amados en totalidad, nunca le des el poder amoroso a la otra persona, sometiéndote a todas sus exigencia o caprichos, el amor verdadero te hace ser mejor persona, no te pide cambios, ni te exige nada, pero por mucho amor que tú le tengas, no te traiciones a ti, ya que muchas veces damos todo, que cuando se termina la relación nos dejan sin nada, porque se nos olvidó que a la primera persona que debemos amar es a uno mismo.
No te justifiques ante lo que ya está, muchas veces decimos: “no sé qué hacer”, pero sí sabemos, solo que no sabemos cómo, ya que queremos tratar de arreglar las cosas, pero ante la noticia de que se acabó el amor, ya nada tiene arreglo.
No hagas de tu vida un calvario por un tiempo indefinido, creo que no nos enseñan a perder, siempre nos enseñan a ganar, a luchar, pero hay batallas que ya están perdidas. No tienen caso seguir con nuestra actitud de guerrero o de soldado del amor, no sientas que es tú culpa o que eres una persona llena de errores, que por eso se acabó la relación, la culpa no es tuya, pero tampoco del otro, es totalmente circunstancial y cada uno debe de quedarse con su 50 por ciento de responsabilidad, insisto, no de culpabilidad.
Lo contrario al amor no es el odio, es la indiferencia, mantener la esperanza resulta inútil, como pedir un milagro para que la persona te vuelva a amar, que vuelva a considerarte, a quererte, porque sí es verdad que el amor también tiene su fecha de caducidad.
A veces estamos enamorados, enganchados en relaciones tóxicas o problemáticas, que no les ponemos atención a su determinado riesgo que representan. Aceptamos, con tal de que no nos dejen, todas las malas conductas de nuestra pareja, porque estamos amando mal, ya que el verdadero amor es muy bonito y sí existe el verdadero amor cuando es ejecutado por dos personas que tienen un interés en común.
El amor comienza por una gran admiración, pero solo dos personas en la misma vibración o en el mismo canal procurarán mantener el amor encendido a través del día a día, alimentándolo, fomentándolo a través de pequeñas acciones, por parte de los dos. Un amor que lo lleva como estandarte una sola persona no funciona, porque cuando damos amor también queremos recibirlo, queremos que en una relación todo sea recíproco y es lo más normal.
Yo sé que ninguna relación humana es sencilla, todas tienen un grado de complejidad, pero sin duda las relaciones de pareja son todo un tema a parte. Seguramente sí, tener una verdadera razón en el amor se vuelve la inspiración para el alma, nos vuelve mejores personas, pero somos complemento, no la vida del otro, ya que ni tú puedes vivir la vida que tu pareja lleva. Los valores del verdadero amor son la confianza, la libertad, el espacio, ya que se vuelve la relación sana y es más fácil mantenerla de forma funcional.
Si algo ya no tiene solución, no insistas, mejor regálate todo a ti, date tiempo para sanar, pero no te quedes toda la vida procesando las posibles causas por las que ya no te aman.
Nacimos únicos e irrepetibles, si queremos tendremos la oportunidad de encontrar un amor realista, más completo, el amor sí puede ser maravilloso, solo elige bien a quién le vas a dar tu corazón, para que vivas un amor pleno y tengas un motivo más para convertirte en la mejor versión de ti.
