Las enfermedades no llegaron para matarte, llegaron para darte un mensaje que va más allá del “no me siento bien”, pues, tras los síntomas se esconden males profundos que buscan emerger para que tú los escuches, ilumines y cambies.

Sin embargo, eso que busca emerger (y que es consecuencia de malos hábitos), regularmente, es taponeado a través de drogas, comida chatarra, medicamentos& no planteo que los medicamentos “sean malos”, pero desde que comencé a escuchar más a mi cuerpo, mejorar hábitos y asumir responsabilidades, he reducido bastante su consumo, ya es mínimo.

Es real que el cuerpo te habla todo el tiempo y depende de ti, de tus hábitos, formación o creencia, que le pongas atención o no. Por lo regular, no le ponemos el interés necesario porque nos han desconectado de este vehículo cuántico para depender de factores externos.

Preferimos amortiguar los síntomas. Sin embargo, permanecerán ahí hasta que se decida ir a la raíz para transformarlos.

ALIADOS DEL CUERPO

Ricardo Perret, un gran tipo, conferencista, terapeuta y escritor mexicano, hace mucho énfasis en que tenemos que SER ALIADOS de nuestro cuerpo, pues, “si tú no eres capaz de liderar tu cuerpo, no eres capaz de liderar nada”.

“Si no dialogas con él, muy pronto te va a pasar la factura y será demasiado tarde. Por ejemplo, “te pones a fumar y comienzas a toser y a toser’ ¿Qué querrá decirte el cuerpo?”, dice Ricardo quien advierte:

“Esas señales las manda cuando algo no está bien, cuando hay algo que le duele; también, cuando se manifiesta cuando algo LE GUSTA. A veces sólo te está diciendo que necesita mejores nutrientes en lugar de comida chatarra, muy pocas veces lo sentimos y seguimos apabullando el mensaje”.

LA ANALOGÍA DEL MENSAJERO-ENFERMEDAD  

Durante la conferencia “Hábitos Transformadores”, Ricardo Perret hace una analogía referente a cómo eludimos los mensajes que nos da el cuerpo, a través de las enfermedades:

“Imagina que alguien llega hasta tu casa y te da un mensaje de tu novia. Tras abrir la puerta, la persona te entrega la carta que dice: “ya no quiero estar contigo, pues conocí a otra persona”.

Tras leer el mensaje, rompes el papel, la rabia te invade e impulsivamente comienzas a golpear al mensajero, quien te pide que te detengas: “¡yo no te hice nada, solo te traje el recado!”, indica”.

Así pasa con las enfermedades. Llega una enfermedad a nuestro cuerpo y nos quiere dar un mensaje o lección (principalmente busca que cambies hábitos), pero, a los primeros síntomas “es golpeada con medicamentos que son bombas molotov” con los cuales se destruye el sistema inmunológico.

Esos golpes que das a la enfermedad (mensajero) ocasionan que se apague temporalmente las consecuencias de la enfermedad, pero ella sigue ahí y tarde que temprano se volverá hacia ti: “el estrés te genera colitis& te operan de la colitis y luego te sale una úlcera, la cual deriva en gastritis”, señala Ricardo Perret.

Otras formas con las que se noquean al mensajero son las drogas, el alcohol, la comida procesada, chatarra y muchos otros hábitos creados por seres extraterrestres y grupos de dominio mundial para mantenernos en una constante limitación e ignorancia, pues como lo he platicado en otros escritos, nos ven como su ganado energético, eso lo abordaré en futuras columnas.

CONTINUARÁ&  

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