Poco tiempo después de haber explotado con éxitos comerciales como “La nave del olvido” o “El triste”, lanzados en 1970, José José tendría su primer protagónico en una película. Con la garantía que le significaba haber vendido millones de vinilos en al principio de los años 70, llegaba a los cines de todo México la película “Buscando una sonrisa”, estrenada el 6 de abril de 1972.
En esa primera cinta, José José, fue dirigido por un experimentado director, Rubén Galindo. Compartió créditos estelares con el maestro Fernando Luján y la dulce cantante chilena Nadia Milton, figura juvenil de aquellos tiempos. El inicio de la carrera cinematográfica del Príncipe de la canción, parecía ir a la par de sus éxitos musicales.
Con el mismo director Rubén Galindo, protagonizó dos películas más en muy poco tiempo. “Un sueño de amor”, actuando junto a Verónica Castro y la inolvidable Sasha Montenegro. En este melodrama típico de la época, también actúa la gran Beatriz Aguirre, haciendo el personaje de la madre de David, interpretado por José José. Por cierto, ella ha fallecido un día después de la muerte de este gran cantante.
Su carrera fílmica seguiría con “La carrera del millón”, una comedia también dirigida por Galindo, repitiendo con Fernando Luján en el elenco, acompañado de Nubia Martí. Pasarían muchos años más para que José José regresara al séptimo arte como actor. Esto debido a que su arrolladora conquista del mercado musical popular no le permitía alternar otros oficios. Cada disco, cada canción lazada por él, era un éxito seguro.
Quizá la película más importante para este enorme intérprete musical, fue “Gavilán o paloma”, cinta que relata parte de la biografía de José José, quien se interpreta a sí mismo, actúan también la fallecida Christian Bach, Gina Romand y Rojo Grau; tanto Gina como obtuvieron el premio Ariel a Mejor Coactuación Femenina y Mejor Coactuación Masculina, por su trabajo en este filme; dirigido por Alfredo Gurrola. Su estreno estaba contemplado para el 19 de septiembre de 1985, pero ante la catástrofe del funesto terremoto que nos sacudió aquel año, su premier se recorrió unos días más.
“Sabor a mí”, junto a la magnífica Angélica Aragón, estrenada en 1988 y “Perdóname todo” realizada en 1995, cerraron las actuaciones protagónicas en el cine para esta gran figura de la cultura popular mexicana. Desde luego que lo mejor de sus películas son las canciones interpretadas por él, cinematográficamente son raras, un tanto kitsch, apegadas a las narrativas y hechuras de los tiempos en que fueron realizadas.
Hasta siempre Príncipe, te seguimos escuchando.
