Desde que tengo uso de razón, recuerdo que me decían que Dios, el creador absoluto del universo, moraba en el cielo, en su trono de nubes, frotándose la barba, viendo quién se porta bien y quién mal.

Saben, resultaba confuso lo que me decían en la iglesia: por una parte, aseguraban que esa divinidad era todo amor, bondad y tolerancia, pero, se ofuscaba si no seguía sus designios, confinándome en el infierno por pecador o, si seguía sus mandamientos, me iría al cielo, con él.

De niño tuve un desencuentro con esa divinidad que me hablaron. Me generó tanto miedo, ver esas imágenes ensangrentadas, moribundas y grises en las iglesias& una semana, recuerdo, no pude dormir por el terror que me producía ese Dios.

En el fondo de mi corazón nunca me cuadró del todo lo que decían en la religión, pues en su mayoría me hacían sentir mal conmigo mismo (indigno), pecador e impuro ante los ojos de mi creador.

Por herencia, rutina y tradición me adentré a conocer las ideologías, rituales y “mitologías” del catolicismo. Hoy lo agradezco ese camino pues, me permitió discernir y redescubrir esa divinidad.

¿QUIÉN SOY?

Es una pregunta que, con regularidad, me formulo. Cada vez que la lanzo, un sinfín de respuestas llegan a mí: El cuerpo es solo una vestimenta que necesitamos para estar, por algún tiempo aquí, en esta tercera dimensión. Es como un automóvil en el cual nos subimos para trasladarnos “de un punto a otro” y que tiene una vigencia en kilometraje.

Sin embargo, ¿quién está tras el atuendo?: UN SER ETERNO, el mismísimo DIOS JUGANDO A OLVIDAR SU DIVINIDAD. Sí, tú y yo somos DIOS. La humanidad es una gran red de consciencia y la realidad en la que existen es el resultado directo de su expresión.

DIOS ES COMO EL MAR Y NOSOTROS UNA GOTA DE ESE OCÉANO

Imagina que eso que llaman DIOS, UNIVERSO o CONSCIENCIA es el mar. Cada uno de nosotros, buenos o malos, somos una gota de ese océano. En esencia, contenemos la divinidad en un juego de autodescubrimiento en el que experimentamos distintas situaciones.

“La FUENTE se comprende a si misma viviendo múltiples realidades y múltiples verdades a la vez, las cuales se entrelazan, viendo la creación desde distintos ángulos”, así de sencillo, creo yo.

Por ello, como seres multidimensionales, en esta faceta humana elegimos creer en una deidad externa, “jugando a ser dioses que olvidaron que son ellos mismos la DIVINIDAD”.

CREAMOS EN LA MEDIDA QUE ELEGIMOS VIBRAR

Como Dioses en Potencia, creamos las realidades en la medida que elegimos vibrar. Es decir, se puede ser optimista o pesimista. En cada momento es una elección y eso determina el mundo en el que se vive.

Solo que en esta encarnación, de la tercera dimensión, la consciencia se experimenta a sí misma a través de la dualidad: El conocimiento del Bien y del Mal o la separación. Por ello, en esta realidad, todo por sí mismo genera un reflejo, generando que “todo” los veamos y sintamos separados.

Y bueno, no solo experimentamos y estamos presentes en este plano vibracional. También somos CAMINANTES DE ESTRELLAS en el universo, ¡somos los verdaderos Dioses!, y esa verdad, al menos a mí me hace sentir bien y evolucionar (sí, lo estoy haciendo y me hace estar feliz y agradecido).

GRACIAS

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