¿Tienes preocupaciones? Seguro que si, muchas o muchísimas, porque esta es la época de la preocupación, todo mundo trae la angustia a cuestas de lo que desea, de lo que quiere y de lo que cree que necesita.

¿Qué nos preocupa? Todo. ¿Qué queremos? Todo. ¿Qué anhelamos? Todo. Las necesidades de nosotros, los seres humanos son ilimitadas, nuestros recursos, por decir menos, son escasos, insuficientes, y a veces hasta inexistentes. Vivimos deseando, preocupados y anhelando. Y todo ello se convierte tarde o temprano en una carga.

Esto es lo que nos genera angustia y desesperación. Vivimos deseando lo que no tenemos. Ansiando lo que no llega. Pasamos la primera parte de nuestra juventud ansiando el amor, para desperdiciarlo, después ansiamos el dinero, mientras desperdiciamos la salud, y en la madurez, añoramos, si nos fue bien, solo la salud, si tomamos malas decisiones, las tres cosas. La Salud, que se ha ido, el dinero, para cuya persecución ya no tenemos las mismas energías que cuando jóvenes, y en los peores casos, el amor, que dejamos ir.

Hoy en Lecciones de Economía para la Vida, daremos una mirada a este viejo pero efectivo mantra mexicano: Salud, Dinero y Amor.

Sobre la Salud. Tres datos relevantes, el primero: es que de entre todos los países del mundo, México es uno de los que menos recursos destina al sector salud, con 6.2 por ciento del Producto Interno Bruto (una tercera parte de lo que gastan los norteamericanos). No solo es que el gobierno invierta poco, es también que los mexicanos invertimos poco en nuestra propia salud.

El segundo dato: Tenemos una pobre cultura sobre ser saludables, y gastamos una mínima parte de nuestro dinero en asuntos preventivos, tanto en el gasto gubernamental, como en el personal. Atendemos nuestra salud, cuando esta ya se encuentra abiertamente afectada.

Tercer dato: el 85% de las causas de muerte en México están relacionadas directamente con nuestros malos hábitos. Excederse en los carbohidratos, ser sedentario, beber y fumar son las tres autopistas a la muerte de los mexicanos, que suelen tomar este camino, en los primeros años de su vida.

El resultado de estos tres datos, es la catástrofe económica por excelencia. Ninguna cartera soporta a un enfermo terminal. Ni la de la familia, ni la del gobierno. Así es que hablando de salud, los mexicanos, en lo personal y en lo colectivo, terminamos completamente reprobados.

La conclusión es simple y poderosa: Cuida tu salud, y cuídala desde tus hábitos. Tus hábitos te definen, pues no eres tus logros de un día, eres la suma de lo que haces cotidianamente.

Hablando de dinero, la cosa se parece bastante a la salud. Desde el libro más sencillo, hasta el tratado más importante de Economía, todos mencionarán que una cartera saludable, sea de un país o de una persona, se sustenta en un breve conjunto de máximas que hay que seguir, si, o si.

No gastes más de lo que ingresas. Trabaja, Ahorra e Invierte. Son los cuatro consejos más importantes que la economía puede darnos.

Si gastas más de lo que ingresas vas camino a la bancarrota. No importan las magnitudes. Pueden ser miles de millones de dólares para un país. Millones de pesos para una empresa, miles de pesos para una familia. La receta del fracaso es simple: gasta más de lo que ganas. Puede compensarse con deuda, si, pero a mediano o largo plazo, las deudas se pagan, y vienen con intereses.

Trabaja, si. Pero trabaja en aquello en lo que seas mejor, aquello que el mercado valore, trabaja en aquello que te pueda dejar más ingresos, y si no puedes hacerlo ahora, prepárate para poder hacerlo. Si el trabajo, así, tan simple,  fuera la fuente de toda la riqueza, las clases trabajadoras tendrían mucha riqueza, y esto no es así. Hay que trabajar, si, pero además de trabajar muy duro, hay que trabajar inteligentemente.

Ahorra. Puedes ser hábil, astuto, inteligente y tener un gran olfato para los negocios, pero si no cuentas por lo menos con un mínimo de capital, de nada sirve todo lo anterior. Debes tener un monto ahorrado. Lamentablemente es más poderosa la cultura del crédito que la del ahorro. Dos de cada tres mexicanos mayores de edad cuentan con un crédito. Menos del 10% tienen una cuenta de ahorro. Ni hace falta que te diga que estos mexicanos que si tienen ahorros pertenecen a las clases media alta o alta de nuestro país. No, no ahorran porque tienen. Tienen porque saben ahorrar. Ahorrar significa disciplina, inteligencia y autocontrol.

Por último, hablando de dinero, si quieres crecer económicamente, hay que invertir, aunque te cueste mucho trabajo, ¿Para qué? para que tu dinero trabaje por ti, y no dependas solo de tu trabajo. El negocio más pequeño, más modesto y más humilde es una fuente de riqueza, y recuerda que cuando no estás gastando, estás creciendo.

Nuevamente, la conclusión es simple y poderosa: Cuida tu salud financiera, y cuídala desde tus hábitos. Como lo escribí antes, tus hábitos te definen, y tú defines tu futuro a cada decisión.

Por último, y para cerrar la coloquial frase de que la felicidad es “Salud, Dinero y Amor” Explico las consecuencias económicas de amar y ser amado.

Actualmente a casi cualquier relación le llamamos amor. Nada que ver. Nada más falso. Nada más equivocado. En la actualidad, el amor lo confundimos con apegos, con deseos, con dependencias y con cualquier nivel de relación humana, tóxica incluso.

En 2016 la Asociación de Psicología Americana (Sí, la famosísima APA que hace sufrir a los estudiantes con sus formatos) realizó un estudio y determinó que las familias con relaciones amorosas sanas contaban también con un buen nivel de vida (superior al promedio) ahorros y si, si lo estás pensando, con estabilidad financiera, y buenos niveles de salud. Causa y efecto.

¿En qué consisten esas relaciones sanas? Simple, apoyo y cuidado mutuo, trabajo por el bien de los seres queridos, compasión, felicidad, compenetración, conciencia de un propósito en común, comunicación constante y un total alejamiento de conductas violentas.

Cada una de estas conductas sanas y productivas está dada por la dedicación constante y el compromiso de cumplirlas, si, ¡Lotería! Por los hábitos cotidianos.

Salud, Dinero y Amor. Si los quieres, hay que cambiar algunas cosas, pero eso si: cambiarlas todos los días y volverlas un hábito.

Salud, dinero y amor para ustedes.

José Luis Ramos Ortigoza.

José Luis es profesor de Economía de la Universidad Iberomexicana de Hidalgo, ha sido columnista y conductor de programas de Radio y ha participado en distintos programas de Televisión, es conferencista y consultor en temas económicos, administrativos y de Desarrollo humano. Lo encuentras en Facebook por su nombre.

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