El miedo es una sensación desagradable que experimentamos al percibir que podemos estar en peligro. Este puede ser real o imaginario. Es muy común que todas las personas tengamos algún miedo y que muchas veces se nos dificulte enfrentarlos.

Los miedos e inseguridades están presentes desde el momento que nacemos, debido a que de niños constantemente nos enfrentamos a situaciones completamente desconocidas y apenas estamos empezando a incorporar a nuestra personalidad los modelos que proporcionan  seguridad; poco a poco y en la media que nos enfrentamos a ellos y nos sentimos seguros van desapareciendo.

Hay etapas en la infancia en las que la mayoría de los niños experimentan los mismos miedos y es importante que los padres identifiquemos cuales son los miedos normales de un niño y a qué edad corresponden y cuales empiezan a ser miedos irracionales que pueden afectar su confianza y su salud mental.

Los miedos en cada etapa de la niñez:

De los 0 a los 6 meses: miedo a caerse, ruidos fuertes y a que algo aparezca bruscamente en su campo visual.

De los 7 meses a 1 año: Angustia de separación, abandono, ruidos fuertes, caras desconocidas.

De 1 a 4 años: la oscuridad, angustia de separación, ruidos fuertes, cambios en su entorno y personajes poco familiares (botargas, payasos, Santa Claus).

De 4 a 8 años: heridas corporales, monstruos y creaturas sobrenaturales, miedos ocasionados por acontecimientos de su entorno (sismos, accidentes).

De 8 a 12 años: resultados académicos, miedos sociales, la muerte.

¿Cómo ayudar a nuestros hijos a vencer sus miedos?

  1. Identifica sus miedos y sus reacciones ante ellos, pídele que te platique sobre sus temores y los sentimientos que estos le provocan; escúchalo con atención.
  2. Haz que sienta que lo comprendes y que se sienta seguro de platicarte.
  3. Reacciona tranquilamente a su charla, evita los reproches o juzgar sus emociones.
  4. Se empático, recuerda tu infancia y tus miedos, esto te permitirá comprenderlo mejor.
  5. Busquen soluciones juntos para enfrentarlos.
  6. Cuando sientas que el miedo lo paraliza, lo bloquea y le impide ser feliz toma su mano y guíalo a romper ese miedo, respáldalo, acompáñalo, ayúdele a que descubra que está en un entorno seguro.
  7. No evites sus miedos, eso no hará que desaparezcan.
  8. Evita ser generador de miedos; los gritos, las amenazas, los insultos; no hacen que te respete, hacen que te tenga miedo, así que por favor no te vuelvas su mayor temor, porque tú debes ser su seguridad y guía.
  9. Ten cuidado con lo que hablas y expresas delante de ellos, recuerda que le transmites tus miedos y  hay temores de la infancia que pueden persistir en la adultez.

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