Como sabemos, dentro del arte hay distintos movimientos y corrientes que siguen un pensamiento similar acerca de qué debe mostrar el arte y las formas en que lo hace. Hoy leeremos sobre la obra “Blackness for sale” (2001) del artista estadounidense Keith Obadike donde pone en venta su “negrura”. Esta pieza está inscrita dentro del Net Art o arte de los nuevos medios que surgió en 1993 cuando los artistas europeos Joan Heemskerk y Dirk Paesmans crearon jodi.org. un sitio web donde mezclaron imágenes y códigos html de otros al estilo dadaísta.

Lo que los artistas del Net Art buscaban al no materializar su obra era que la misma no estuviera inscrita dentro del mercado y la comercialización del arte. Algunos compartieron su obra en software de código abierto, dónde un programador pone su código fuente a disposición de una red de programadores para que lo modifiquen. Hay dentro de la red una “cultura de trueque”: la información debe ser compartida y debe ser para todos.

El autor de la obra que da título a esta columna, Keith Obadike, es un hombre nacido en Nashville, Tennessee, en 1973. Su padre es nigeriano y su madre afroamericana.

Su obra Blackness for sale fue publicada como una oferta en ebay donde el artista vendía su negrura para poder ser ocupada para la creación de arte negro, para hacer bromas sobre la gente negra o reírse del humor negro cómodamente, así como para salir con una persona negra sin temor a ser juzgado, para acceder a los barrios de alto riesgo o hacer a un negro más negro. Sin embargo, también tiene riesgos adquirir esta negrura pues no se le recomienda al comprador que la utilice mientras busca empleo o si está pasando por un procedimiento legal, así como al hacer afirmaciones intelectuales, en tiempo de votaciones o al mismo tiempo que exige justicia.

Cuatro días después de iniciada la venta, el sitio la cerró porque fue considerada inapropiada.

Quizás lo inapropiado viene de recordar el pasado de los negros en Estados Unidos. Como primera referencia tenemos que en 1526 los primeros esclavos negros entraron a Estados Unidos. El vendedor los ofrecía bien vestidos, peinados y con el cabello teñido si hace falta.

Para 1776 los esclavos ya son el 20% de la población. Este incremento del número de negros lleva a los colonos europeos a regular el status de los esclavos y las relaciones con sus amos, en quienes se desata el miedo tras la rebelión de Haití, ya que fue imitada en 1791 en Louisiana, lo que implicó la vigilancia y represión de negros.

El panorama tiene un cambio en 1808 cuando se prohíbe la trata aunque la esclavitud siguió vigente hasta 1865 con la décimo tercera enmienda que establece la abolición de la esclavitud. 

Pensaríamos que esto marcó la diferencia, pero el término de “no esclavitud” no erradico el racismo, sino que dio como resultado la segregación. Un sistema donde se separan los espacios de los blancos y los negros, siendo las escuelas, hospitales y viviendas de los negros, de menor calidad. En el Norte y el Sur estaba prohibido el matrimonio interracial. Y si ocurrían, había opciones como las castraciones y linchamientos, tan sólo de 1877 a 1950 se lincharon 4000 negros.

 No fue hasta 1964 que se promulga la Ley de Derechos Civiles, que prohíbe la aplicación desigual de los requisitos de registro de votantes y la segregación racial en las escuelas, trabajo y lugares públicos. Más de 400 años después los negros tienen la oportunidad de ser considerados como iguales.

Dentro del arte, la fotografía documental y el cine tenemos mucha información y referentes acerca de la esclavitud de los negros en Estados Unidos, pero de manera personal, la obra Blackness for sale, expone de manera sintética y humorística lo que implica ser negro, tanto ventajas (o las diferencias que se han aprovechado como ventajas) y las desventajas, que se presentan desde el siglo XVI hasta la actualidad

Con todo, las leyes y las protestas no significan un cambio en la mentalidad de algunas personas. Una revisión de las noticias actuales nos puede poner al tanto de que la violencia racial, aún 18 años después de la obra de Obadike, es un tema que sigue vigente. Pues esas diferencias buscadas entre humanos, quizás sean un tema que no tenga fin.

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