Empresas, empresarios, riqueza y recursos.

Todos hemos escuchado la terrible falacia de que “México es muy rico”. Mentira repetida hasta el cansancio que igualmente se aplica a estados y municipios en cualquier parte de nuestro territorio. Mentira política. Mentira demagógica. México es pobre. Muy pobre. Lo que es cierto es que históricamente ha contado con una enorme cantidad de recursos, recursos que ahora se agotan a un ritmo peligroso y alarmante. 

¿Tiene recursos pero no tiene riqueza? Es correcto. Normalmente para explicar este tema, utilizo la analogía de las personas: Me explico, supongamos que Juanito Pérez recibe una cuantiosa herencia. Pensemos en algunos millones de pesos. ¿Tiene riqueza? No. Tiene recursos, medios con los cuales podría generar riqueza, pero también con los que podría no generarla. Ubiquemos a nuestro Juanito Pérez en una circunstancia distinta: entró a trabajar muy joven a una tortillería, reunió el capital necesario para poner la propia, y con los meses logró poner la segunda y la tercera. Actualmente cuenta con 8 de estos negocios distribuidos por Pachuca, y sus ganancias netas rondan los  20 mil pesos semanales. ¿Tiene riqueza? Si, por supuesto. La riqueza consiste más en la capacidad de generar, que con el concepto de tener.

¿Por qué los mexicanos generamos poca riqueza? Precisamente por nuestra poca habilidad para distinguir entre tener riqueza y tener recursos. Todo mundo tiene en la mente qué haría, en qué se gastaría un millón de pesos. En nuestras imaginaciones más cómodas, tenemos claro en qué gastaríamos hasta el último centavo. Pero muy pocos tenemos en mente cómo lo ganaríamos. Esa es la diferencia entre pensar en tener riqueza y tener recursos. Pensamos en cómo y en qué gastar. No en cómo invertir nuestro tiempo, nuestro esfuerzo y nuestro capital en producirlo.

Traslademos el ejemplo a dos países. Por un lado, el País “A” es un productor de petróleo, produce también plata, manganeso y cobre, todos estos, bienes altamente valorados en los mercados mundiales. Es históricamente un fuerte exportador y sin embargo, el ingreso de sus trabajadores, es apenas un 9% del ingreso de los trabajadores de EEUU y comparado con las economías más dinámicas del mundo, su ingreso familiar es de menos del 6% del ingreso de un trabajador suizo. Suena como un país bastante pobre. Si. Se trata de México.

El país “B” no realiza prácticamente actividades extractivas, cuenta con muy pocos energéticos; poco carbón, y poco petróleo, no cuenta con extracción a gran escala de hierro y cuenta con muy poco espacio físico para actividades agrícolas y ganaderas, y sin embargo, en este país con pocos recursos naturales, se produce desde hace más de mil años, el mejor de los aceros, hace mucho, en sofisticadas espadas, ahora en maravillosos motores que se usan en todo tipo de vehículos por todo el mundo. Sin petróleo, produce las mejores llantas del mundo, y sin espacio para la ganadería, la carne mejor valorada: Si el primer país es México, el segundo, Japón, cuarta economía del mundo, cuyos trabajadores reciben un salario promedio 14 veces más alto que el de los mexicanos.

¿Dónde se encuentra la diferencia? Simple, los mexicanos pensamos en recursos. Los japoneses han pensado mil años en generar riqueza. Esta diferencia no solo se presenta a nivel gubernamental, en realidad es un tema que sucede en las empresas y con los empresarios.

Doy dos ejemplos. Nuestra demagógica historia, nos adoctrinó en cuentos de buenos y malos. La Revolución Mexicana es uno de los ejemplos más importantes. En la historia adoctrinadora que recibimos, el “mal gobierno” de Porfirio Díaz ocasionó la vida terrible de los campesinos en las haciendas, campesinos que se levantaron con el grito de “Tierra y libertad”.

No. No fue así. Mientras en Japón los empresarios invertían y arriesgaban sus capitales en industrializar a su país, y llenarlo de vías de tren y fábricas de todo tipo de bienes, los empresarios mexicanos decidieron no invertir, no arriesgar y explotar hasta la enfermedad y la muerte a los campesinos para producir bienes agrícolas. No, la culpa de todo, no es del gobierno. Hablando de responsabilidades, los empresarios de México tienen y han tenido muchas de ellas.

México es y ha sido un país privilegiado por sus recursos naturales, hay más de 500 concesiones minera, con miles de minas explotadas por multinacionales. Hemos sido históricamente productores de petróleo, y la plata de México se vende en todo el mundo. Pero es solo eso: un vendedor de recursos naturales. Como en el ejemplo de Juanito Pérez, gastamos nuestra herencia, pero nunca desarrollamos la habilidad de generar riqueza. Nuestro sistema empresarial se mantiene pequeño y está desarticulado. Como la demagógica afirmación de que “México es muy rico” hemos creído una segunda mentira manipuladora: “La culpa de todo esto, es de nuestros gobiernos” No. Nada de esto es verdad.

La humanidad está constituida por dos principales tejidos; el tejido social, cuya célula fundamental es la familia, y el tejido económico, cuya célula fundamental es la empresa. Toda riqueza es generada a través del trabajo, y esos trabajos son generados por las empresas. Si, una parte de los empleos de cada nación son proporcionados por sus gobiernos, pero estos trabajos tienen la finalidad de distribuir mejor la riqueza, facilitarla, enriquecerla, si. Pero no generarla.

Y ¿entonces? Este cuento del país rico y de la culpa del gobierno. Eso es demagogia pura. Y ¿Qué es la demagogia? es una estrategia utilizada para conseguir el poder político, de personas que abusan de la ignorancia y que consiste en apelar a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas del pueblo para ganar su apoyo, frecuentemente mediante el uso de respuestas fáciles, culpas, razonamientos simplistas y mucha desinformación.

La riqueza, aquí y en China proviene del trabajo. Toma amigo lector un ejemplo simple, pero muy poderoso: revisa las etiquetas de lo que usas, de lo que traes puesto. Casi 100% seguro de que tu ropa, o por lo menos una parte de ella, tiene una etiqueta de “Made in China” zapatos  chamarras, bolsos y carteras, celulares y computadoras. El “Made in china” es parte de nuestra cotidianidad. Si. ¿Sabes cuál es el país con una tasa de crecimiento líder en el mundo? Si. China. ¿Es porque tienen un gobierno excelente? No. Es porque tienen una estrategia clara, y mucho menos demagogia que nosotros. La riqueza está en el trabajo, y el trabajo se genera en las empresas. No hay que descubrir el hilo negro, ni inventar el agua tibia.

¿Qué necesita México? Simple, una nueva generación que comprenda esto, y que asuma la responsabilidad de convertirse en ese grupo de empresarios que transformen este país, sin estar esperando al gobierno.

En la Universidad Iberomexicana, estamos preparando algo grande para profesionalizar emprendedores. Acércate con nosotros.

  • José Luis Ramos Ortigoza.

José Luis es profesor de Economía de la Universidad Iberomexicana de Hidalgo, ha sido columnista y conductor de programas de Radio y ha participado en distintos programas de Televisión, es conferencista y consultor en temas económicos, administrativos y de Desarrollo humano. Lo encuentras en Facebook por su nombre.

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