El jueves 15 de agosto se conmemoró el 2º Día Nacional del Cine Mexicano; cuyo objetivo es, según su declaratoria de origen: “Reconocer su aporte a la cultura e identidad nacional, así como promover los incentivos a esta industria”. Ha pasado la conmemoración y no percibí que alguna institución pública cumpliera con estos objetivos.

Programar un día del año un sinfín de producciones nacionales en algunas salas de cine, no significa que se reconozca al cine mexicano. Dedicar espacio en sitios de streaming con películas mexicanas, tampoco lo es. Esto no representa incentivo alguno a la industria cinematográfica nacional.

Hoy, el cine mexicano vive un gran momento, esto en referencia al alto volumen de producción; solo comparable con la época de oro, a mediados del siglo XX. El consumo de cine nacional en taquilla y en streaming solo es positivo para algunas producciones.

Predominan las comedias ligeras, de situación y románticas. Con grandes presupuestos destinados a su distribución. Los números para esas películas son extraordinarios. Pero el otro cine, el independiente, el de propuesta en contenidos y discursos es el que no se ve o se ve poco.

Para ese cine, es fundamental trabajar en su distribución comercial. Ya sea en streaming y en salas de cine, es necesario crear un equilibrio en la oferta cinematográfica. Se produce mucho cine, pero se no distribuye en términos proporcionales.

Para las películas que no cuentan con altos presupuestos en rubros como la mercadotecnia y distribución, que alcanzan exhibición en salas, suele ser un verdadero triunfo permanecer más de uno o dos fines de semana en los cines. Gran número de producciones que se quedan al margen de las carteleras, en el mejor de los casos tienen un paso efímero, son las que aportan a la cultura e identidad nacional.

Sobre los incentivos a la industria del cine mexicano, parece que hay un buen panorama, tal como fue anunciado hace unas semanas, el Banco Nacional de Comercio Exterior, otorgará créditos para financiar películas con potencial impacto comercial.

Lo ideal de celebrar al cine mexicano sería definir reformas de fondo a la  Ley Federal de Cinematografía. Así como revisar el punto de este rubro comercial en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T MEC). Cuando esto pase, habrá motivos para celebrar.

Celebrar el día de nuestro cine tiene que ir más allá de las redes sociales. A las y los diputados, senadores, funcionarios de niveles federales, estatales y municipales, no les vendría mal escuchar a las diversas voces que integran el medio cinematográfico nacional, nos harían y se harían un gran favor.

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