¿Sabías que escuchar música mientras trabajas mejora tu productividad? Parece algo difícil de creer si asocias el disfrute de la música con el ocio, ya que podría parecer más una distracción. Sin embargo, si eres melómano como yo, podrías aprovechar tu adicción a la música para mejorar tu desempeño en el trabajo, siempre y cuanto sigas estos consejos.
Sabemos que todo es mejor con música y tu vida laboral no es la excepción, además, hay varios estudios que lo comprueban. Escuchar la música que te gusta hace que tu cerebro produzca más dopamina, que es el químico de la felicidad, esto reduce el estrés y la ansiedad, incluso se ha comprobado que funciona mejor que algunos fármacos para controlar estos padecimientos.
La música también puede mejorar tu humor y estado de ánimo, te ayuda a concentrarte, a bloquear el ruido del ambiente, y por ende, a mejorar tu desempeño y relaciones laborales, pero hay que aclarar que no toda la música funciona igual.
Es mejor que elijas música sin letra, ya que las palabras de la canción pueden hacer que te distraigas, pensando más en lo que dice la canción que en lo que tienes que hacer. La música instrumental te deja concentrar en las tareas que tienes que terminar sin tener la interferencia del ruido de la oficina.
También hay datos que demuestran que escuchar música que ya conoces aumenta tu capacidad para concentrarte debido a que no tienes la tentación de poner atención a nuevos sonidos.
Sobre todo si tu trabajo consiste en tareas repetitivas o mecánicas, la música será tu mejor aliada para llevarlas a cabo sin caer en la rutina y el aburrimiento, además de que podrás hacerlas de forma más rápida y exacta.
Si lo que necesitas es motivación, una canción con ritmo alegre es lo más recomendado, sobre todo si tus labores consisten en actividades físicas, esto te ayudará a esforzarte más y aprovechar mejor tu tiempo, evitando la fatiga e incrementando tu rendimiento.
Sin embargo, si tu trabajo requiere de tareas cognitivas complejas se realizan mejor sin música, pero puedes recurrir a música relajante de fondo, lo que es beneficioso para la concentración, incluso más que trabajar en silencio. La música clásica es la mejor opción en estos casos.
Finalmente, si por alguna razón no puedes escuchar música en tu trabajo, siempre puedes hacerlo entre tus actividades, como en la hora de comida o durante tus trayectos, esto también es bueno para tu productividad ya que te ayuda a relajarte, despejar tu mente y a dejar de pensar en aquello que te estresa.
Bien lo decía Tchaikovski: “En verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco”.
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