El internet se convirtió en el lugar idóneo que le hacía falta a la democracia para consolidarse en el mundo actual, ¿por qué? sencillo: la cantidad de denuncias que se pueden efectuar por esta vía, la rapidez con la que se esparce la información, el alcance a gran escala para la transmisión de la información en las masas y también el escape a la censura, en pocas palabras, el internet se ha convertido en un escaparate de la democracia.
Recordemos que, frente al poder político, se encuentran los poderes sociales y actúan de diferentes maneras ante el propio poder político: ya sea que se incorporan a él y forman parte del Estado en sus distintas organizaciones, ya sea que participan en las funciones del poder político como lo hace el cuerpo de ciudadanos en las elecciones mediante procedimientos previstos por las leyes o bien ejercen presión contra el poder político de un modo directo e indirecto.
En el plano internacional, podemos encontrar ejemplos exitosos del binomio red social y democracia. Uno de ellos es el caso Túnez y la revolución Jazmín en el 2010-2011, donde las clases marginadas comenzaron con el movimiento para derrocar el régimen autoritario de Ben Ali, del que fuimos testigos de cómo se comenzó a superar una crisis política a través de redes sociales. No olvidemos que esto comenzó en Túnez y gracias al efecto dominó en gran medida gracias a las redes sociales (Facebook) los tunecinos comienzan a darlo a conocer y se trasladó el movimiento a Egipto, Argelia, Mauritania, Libia, entre otros, lo que provocó que los jóvenes tunecinos y de países aledaños se identificaran con Mohamed Bouazizi quien estaba en contra de la pobreza, la corrupción y el desempleo, para convertirlo en líder e inspiración del movimiento y es mediante las redes sociales que lograron organizarse y con ello superar bloqueos e intimidaciones por parte de los entonces órganos de poder. Fue tanta la presión que Ben Ali renunció a su cargo en el 2011. Esto se traduce en un ejemplo de la capacidad de la red social para superar una crisis política.
Lo anterior refleja el impacto de las redes sociales y su entendimiento como un canal de comunicación que nos permite interactuar con la política y quienes la practican activamente, pero dicha interacción debemos llevarla a cabo con responsabilidad, razonamiento y respeto.
