Han pasado las primeras elecciones en tiempos de la Cuarta Transformación. Los procesos de Baja California y Puebla, donde se eligió Gobernador, así como las votaciones intermedias en Aguascalientes, Durango, Quintana Roo y Tamaulipas, si bien obedecen a coyunturas distintas a las de nuestro Estado, son un preámbulo de lo que, en poco menos de un año, viviremos en Hidalgo.
Morena consolida su posición como partido mayoritario, y se mantiene en ruta para conquistar en 2021, una hegemonía política que no habíamos visto desde 1991, cuando Salinas era el presidente y ganó prácticamente todo en su elección intermedia. Sin embargo, en Aguascalientes, Durango y Tamaulipas sus resultados no fueron buenos, y en Puebla, Morena en solitario obtuvo menos votos que el PAN, lo que demuestra que no son invencibles.
El PAN, a pesar de perder dos gubernaturas, se consolida en las alcaldías y congresos de Aguascalientes, Durango y Tamaulipas, por lo que su resultado global no es malo. El PAN se perfila en lo inmediato como el partido más indicado para servir como oposición. Sin embargo, su derrota en Baja California es de escándalo: ni el mal desempeño del señor Kiko Vega, ni el desgaste que viene después de ser Gobierno durante 30 años, ni el arraigo construido en esa entidad por AMLO, explican la forma en la que fueron barridos por el movimiento del presidente.
Para el PRI los signos son cada vez más ominosos; en Durango, donde obtuvieron su mejor resultado, en un periodo de seis años perdieron la mitad de sus votos. ¿Quieren un dato más duro? Hace seis años, se quedaron a unos puntos de ganar la gubernatura de Baja California y hace dos semanas se quedaron a unos votos de perder su registro en ese estado.
El PRD sigue en caída libre. Si sumamos los resultados de los seis procesos electorales Movimiento Ciudadano, que obtuvo el cuarto lugar, lo superó por 70 mil votos.
A los candidatos ciudadanos, hay que decirlo, también les fue mal. De acuerdo con Luis Carlos Ugalde, ex consejero del IFE: “De los 88 ciudadanos que aspiraron a ser (candidatos independientes), únicamente 20 obtuvieron registro y sólo 12 compitieron el pasado domingo y ninguno obtuvo más del 2.5 por ciento de los votos”.
Es posible que, junto con la baja participación que hubo el domingo 2 de junio, el descontento social que usualmente empuja a los independientes y que hoy está monopolizado por el presidente López Obrador, expliquen los malos resultados para los candidatos ciudadanos.
En ese sentido, si bien la cancelación de los aranceles dará un empujón coyuntural a la economía, las señales negativas el Aeropuerto de Tizayuca y la refinería en Tabasco detenidos por asuntos técnicos y judiciales, baja en las calificaciones crediticias de PEMEX y CFE, e indicadores económicos estancados se siguen acumulando y, hacia el otro año, eso puede llevar a un panorama distinto al que tenemos hoy, y que puede revitalizar por proyectos ciudadanos.
Cualquiera que sea el caso, en Hidalgo cada vez somos más ciudadanos inconformes con el desempeño de los partidos tradicionales, y convencidos de que la ruta independiente es necesaria para la democracia, ya que es un contrapeso a los partidos y al desmedido poder que esta acumulando el presidente López Obrador.
Hace unos días, los pachuqueños demostramos que, unidos y organizados, podemos hacer más que cualquier autoridad para enfrentar un desafío tan grave como la contaminación ambiental.
Los ciudadanos estamos listos. Yo los invito a que sigamos por esa ruta, porque solo con la participación política de los ciudadanos, aseguramos la continuidad de la democracia en nuestro país.
