En estos días se reveló por fin el cartel del Corona Capital de este año y me puse pensar en que los festivales, giras mundiales y conciertos son cada vez más comunes y populares. Antes teníamos suerte si se presentaban tres o cuatro eventos musicales importantes al año, pero hoy en día, prácticamente hay un gran concierto cada semana. Esto no es coincidencia, ya que con la evolución de las nuevas tecnologías y los cambios en los hábitos de consumo de los fanáticos de la música, la venta de discos ya no es la principal fuente de ingresos de los artistas internacionales, como solía serlo hace 10 años. Ahora, hacer presentaciones masivas es mucho más redituable, es por esto que cada vez es más frecuente que los músicos se embarquen en giras alrededor del mundo para visitar la mayor cantidad de ciudades posibles, y que cada vez estén más dispuestos a formar parte del line-up de festivales de mayor o menos importancia.
Aunque actualmente podemos escuchar música en cualquier lugar gracias a los avances tecnológicos, no dudamos en compartir la emoción de escucharla en nuestras redes sociales, lo cual parece constatar la importancia de la realizar contactos interpersonales cuando hay música de por medio. La música en solitario ya es beneficiosa para nuestro cuerpo y mente, pero hay estudios que prueban que la conexión social aumenta todavía más sus beneficios subjetivos.
El sueño de cualquier fan es poder ver en vivo a su artista favorito, pero cuando al menos una vez al mes alguno de tus músicos favoritos se presenta en concierto cerca de ti, tu bolsillo se puede ver afectado. Sin embargo, te tengo una buena noticia, la ciencia a comprobado que asistir a conciertos te hace más feliz e incluso mejora tu salud.
De acuerdo con el estudio: “If you”re happy and you know it: Music engagement and subjective wellbeing” desarrollado por Melissa K. Weinberg y Burwood Highway de la Universidad de Deakin en Australia, efectivamente ir a conciertos aporta felicidad.
En este estudio, Weinberg y Highway investigaron tres aspectos fundamentales: la relación de los diferentes modos de escuchar música con el bienestar subjetivo; el componente social (escucharla solo o acompañado y su grado de involucración); y el nivel de satisfacción general que produce en función de los componentes de la música. Se realizaron más de 1000 entrevistas en donde los participantes respondieron a una serie de preguntas telefónicas sobre estos aspectos.
Se confirmó que las personas que acudían a eventos musicales acompañadas, y que además bailaban y cantaban, tenían un índice de bienestar personal mayor. Participar de forma activa con la música mejora la expresión emocional y facilita el desarrollo de la confianza, la autoestima y el sentido de pertenencia grupal; en pocas palabras, te hace más feliz.
Además del placer que produce esta actividad, se ha encontrado que el cerebro segrega varias sustancias benéficas para el cuerpo, neurotransmisores como adrenalina, serotonina y dopamina, que ayudan a generar las sensaciones de placer y motivación. También se ha comprobado que ir a espectáculos musicales en vivo reduce los niveles de cortisol, hormona del estrés, evita el insomnio y es un efectivo método contra la depresión.
Por si fuera poco, se descubrieron múltiples beneficios para la salud por asistir a espectáculos musicales. Estas actividades incrementan la esperanza de vida nueve años, pues se ha estudiado que la percepción subjetiva de bienestar se aumenta hasta 21% al estar en contacto con la estimulación musical, lo cual se traduce en una mejor calidad de vida.
También se hicieron algunas pruebas en las que se midió la frecuencia cardiaca después de tres actividades: practicar yoga, dar un paseo con tu perro y asistir a un concierto, lo cual arrojó que las personas que tuvieron la oportunidad de asistir a un espectáculos en vivo disfrutaron un aumento de 25% en sentimientos de autoestima y cercanía a los demás; y un incremento de 75% en la estimulación mental.
Adicionalmente, las personas que acuden a conciertos parecen más satisfechos con su vida que los que escuchan música solos en casa, demostrando que la clave de la felicidad está en compartir las emociones que desprende la música. Disfrutar de la música en compañía de otras personas incrementa el bienestar subjetivo por lo que parece ser que el factor interpersonal ejercer una ponderación muy alta en esa hipotética ecuación de la felicidad.
En conclusión, asistir a conciertos con regularidad puede ser costoso, pero conlleva bastos beneficios cognitivos, emocionales y físicos; así que la próxima vez que estés dudando en comprar un boleto para ver a tu artista favorito, solo tienes que pensarlo como una inversión a favor de tu salud física y mental.
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