No recuerdo cuando habré visto La mujer de Benjamín. Quizá fue en 1992, todavía no cursaba yo la preparatoria. Es la ópera prima de Carlos Carrera, estrenada en 1991. Cuando la vi, no sabía que esa, era la primera película de un extraordinario director, que se convirtió en un referente para toda una generación de nuevos espectadores de cine mexicano.

Recuerdo haberme grabado el nombre del director de la que me pareció una gran película. Arcelia Ramírez y el inolvidable Eduardo López Rojas son los protagonistas de ese filme, sus interpretaciones son magníficas. La cinta es un manjar cinematográfico.

Con el paso del tiempo he leído artículos, ensayos y reseñas al respecto de La mujer de Benjamín, la mayoría con una sobre interpretación del significado de la película. Yo, simplemente la defino como una genialidad fílmica.

En aquellos años, me dedicada a buscar cine mexicano, no se producía ni de cerca el volumen de ahora, entonces fui descubriendo la obra de los directores que después descubrí, serían una inspiración para mi accionar profesional.

Después de haber visto por vez primera La mujer de Benjamín, nunca olvidé el nombre de su director. Cuando me enteré que había una segunda película de Carlos Carrera, no dude en verla. La vida conyugal, al igual que la anterior, fue escrita por él mismo, junto a Ignacio Ortiz. Es una adaptación de la novela del mismo título, autoría de Sergio Pitol.

Pocas películas mexicanas me han dejado tan amplia sensación de disfrute como esa. Las actuaciones son dignas de antología. Los actores mexicanos del presente tienen que ver el trabajo de Socorro Bonilla y Alonso Echánove, ambos magistrales en el ámbito de la comedia. Esta la vi con mi madre y en el presente la seguimos comentando.

Después de ver esos dos filmes de Carlos Carrera, supe que ya era un seguidor de su obra, también supe que si yo quería que hacer algo en el mundo del cine, tenía que escuchar, ver y leer sobre ese director. Tampoco olvidaré lo que un periodista, cuyo nombre no recuerdo, opinó sobre Carrera, -es un director joven, que no ejerce a gritos ni sombrerazos.

Este discreto encanto de su dirección cinematográfica ha impactado a millones de espectadores en todo el mundo. La versatilidad y contundencia de sus trabajos, nos dejan claro que Carlos Carrera es un referente del cine mexicano. No se quedó solo en la ficción. Con El Héroe, realizó quizá, el mejor trabajo de animación cinematográfica en México.

El presente del cine nacional tiene mucho que agradecer a Carlos Carrera, él abrió un camino para muchos talentos mexicanos del presente. El Festival Internacional Cine de América, que se celebrará en Pachuca, del 23 al 26 de mayo, ya prepara un homenaje al Maestro Carrea.

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