Quienes estudiamos en la Universidad Autónoma de Hidalgo (UAEH) podemos constatar el dominio que mantiene Gerardo Sosa Castelán en la vida administrativa, académica y estudiantil de dicha institución.
Un ejercicio del poder que se traduce en nombramientos de directores de área, coordinadores de licenciatura y presidentes de sociedades de alumnos. Una sombra, siempre presente, detrás del rector en turno.
Ese poderío, se debilitó cuando Miguel Ángel Osorio Chong fue gobernador, pero se afianzó con Francisco Olvera Ruiz, quien envió al Congreso local una reforma para que el Patronato Universitario administre el patrimonio de la UAEH.
¿A qué se debe ese control en la casa de estudios? Todos en la universidad deben favores a Sosa Castelán: un hijo que no pasó el examen de admisión y cuyos padres hicieron antesala en la oficina del Patronato, una jubilación, un puesto, una camioneta obtenida a través de los programas de la universidad…
Eso, a la larga, creó una estructura compacta, cerrada, que no admite foráneos y que se aglutina en la llamada “unidad universitaria”.
Por eso, cuando Andrés Manuel López Obrador declaró en una de sus conferencias de las mañanas que se acabarían los cacicazgos en las universidades, varios pensaron que el mensaje iba dirigido al Grupo Universidad.
El tiempo pasó, para descongelar una cuenta bancaria la universidad estatal tramitó amparos, que después los jueces descartaron.
Antes, el asesinato del hijo de Gerardo Sosa en Acaxochitlán fue el inicio de una serie de señalamientos contra la universidad que desencadenaron en el reciente bloqueo total de sus cuentas bancarias.
Durante el transcurso de ayer, la universidad garantizó que este martes los administrativos y académicos tendrán el depósito de sus salarios en tiempo y forma, aunque no precisó si la Secretaría de Hacienda desbloqueó las cuentas bancarias correspondientes al pago de nómina.
Aquellos que acusan un atentado contra la educación pública y los derechos laborales, implícitamente legitiman al grupo que domina la universidad y descalifican toda voz crítica, como lo hace el presidente del país, a quien apoyan y, paradójicamente, los investiga por presunto conflicto de interés y venta de hidrocarburo.
Del lado político, también hay varias aristas y la que toma forma en las charlas de café es aquella que señala al gobierno federal como un ariete para preparar la candidatura al gobierno estatal del senador Julio Menchaca, luego del desafuero de Cipriano Charrez Pedraza.
Como sea, habrá que esperar la reacción de los diputados de Morena que dominan el Congreso de Hidalgo, provenientes del Grupo Universidad. El dilema, seguir en la cuarta transformación o respaldar a su jefe político que les otorgó la diputación y que ahora es investigado por un supuesto desvío millonario.
