Amarga sorpresa se llevaron la mayoría de las instituciones de educación superior al conocer el presupuesto de la federación para el año fiscal 2019.

Mucho se habló de que la educación es pilar fundamental para el desarrollo de la nación; sin duda alguna, argumentos todos válidos y valiosos.

Lo que ya no cuadró fue el resultado, pues prácticamente se deja de apostar al 90% de las Universidades y se apoya de manera exorbitante a unas cuantas.

Estimado lector, apenas se nos anunció que habrá un incremento en las gasolinas del 4.9% al quitar totalmente el subsidio a un impuesto especial, los precios aparentemente bajaron de inmediato y ¡oh sorpresa! Desabasto en la mayoría de los centros de distribución, con lo que se prevé un incremento mucho mayor bajo la poca oferta y la muy necesaria demanda.

Te preguntaras que tiene que ver el incremento a la gasolina con esta nota, bueno pues hagamos cuentas, la energía eléctrica también incrementará (con base al Índice Nacional de Precios al Consumidor), el gas doméstico, el agua y muchos servicios, que acumulados todos ellos, serán de cuando menos el 20%.

A las Universidades que tienen representantes en el partido en el poder recibirán ingresos “extraordinarios” superiores al 184% con relación al 2018, pero el resto, en promedio recibirá sólo el 2.1%.

Catedráticos e investigadores que no pertenecen a partidos políticos, grupos de poder, que se dedican día a día a dar clase y a preparar por un bajo salario a miles de estudiantes, no recibirán incremento por décimo año consecutivo, ni siquiera el tan anunciado a los salarios mínimos que con bombo y platillo el gobierno federal publicó.

La brecha para jóvenes será mayor pues el incremento sólo apoyará al 20% del estudiantado, obligando a muchos catedráticos e investigadores con muy altas calificaciones, a buscar un empleo en empresas y escuelas privadas.

El “incremento” ni siquiera alcanzará para pagar servicios básicos de telefonía, internet, energía eléctrica, agua, insumos básicos como papel, tóner, materiales para laboratorios, etc.

Si, se aperturarán muchas Universidades, pero desafortunadamente sin apostar a su consolidación ni crecimiento, así se tendrán dos tipos de escuelas públicas: Por una parte, las que tienen mucho recurso y poca fiscalización y el otro las que día a día lucharán no por ser mejores, sino por la simple subsistencia.

El inicio de este sexenio, al menos en educación superior, se ve oscuro y con poca posibilidad de otorgarle una calificación aprobatoria.

Por hoy me despido, esperando tus comentarios.

Hasta la próxima.

 

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