“No hay mala publicidad….lo único peor que hablen de uno, es que no hablen”.

Refrán popular entre artistas y políticos.

Pocas campañas publicitarias pudieron lograr que Guanajuato capital se colocara entre los 10 primeros lugares en los “trending topics” de la semana. Alejandro Navarro, el nuevo alcalde panista, abrió un tema que siempre se comenta en círculos cerrados del turismo. “Guanajuato no atrae turismo que gaste”. Los hoteleros se quejan de las bajas tarifas y su ocupación es la mitad de San Miguel de Allende, donde se concentra el turismo que puede pagar noches de hasta 10 mil pesos.

¿Por qué Guanajuato con tanta historia, arquitectura y paseos inigualables no atrae al turismo que llega a San Miguel? Pocos lo pueden contestar y, cuando lo hacen, surge el tufo de clasismo de la industria turística local cuando hablan del “turismo tortero”.

Al principio el problema para el alcalde fue la andanada de críticas, bromas e insultos virales en las redes sociales. Brotaron los memes simpáticos y ofensivos; corrieron las crónicas de todos los medios ante la inexperiencia y el candor del alcalde vestido con elegante sombrero Panamá.

Después se disculpó. Guanajuato acepta a quien llegue, no sólo a gastalones. La disculpa trajo de nueva cuenta más cobertura y más memes. Que si para entrar a la ciudad se necesitaba pagar “cover” que si el Santo, el enmascarado de plata, combatía a las momias de traje y otros cuentos y cuentas.

Lo que tal vez ni siquiera se hayan dado cuenta el alcalde y sus críticos es que la campaña funcionó para poner en boca de todos a nuestra joya colonial. Y de ahí en adelante seguirán los cuentos y los chistes, los memes y la crítica que ubica a la ciudad como una que expide sus propios pasaportes, tiene retenes y hasta muros para detener al turismo que no gusta.

No quiero justificar siquiera lo absurdo de la postura pública del alcalde pero hay temas que se comentan en privado y no son del todo malsanas o de mala fe.

San Miguel de Allende es una ciudad cara porque su espacio es limitado y poco a poco se construye una vida cosmopolita donde deambula todo tipo de turismo nacional y extranjero, desde los estudiantes que llegan en camiones de Monterrey o la CDMX, hasta las fastuosas bodas que se celebran ahí. Hace tres o cuatro sábados se celebraron 13 bodas. Se llenan los hoteles y los restaurantes. La ruta del vino comienza a levantar nuevos mercados. Por algo será que los lectores de la revista Travel + Leisure catalogan a San Miguel como su destino preferido en el mundo.

El error pudo darle un duro golpe al orgullo del alcalde, sin embargo al tiempo la gente recordará la marca “Guanajuato”, al Enmascarado de Plata luchando contra las momias con un vistoso traje y una caravana imaginaria de Ferraris que se alinean para entrar al pueblo.

Con una campaña ingeniosa se podría usar el error como una fórmula para atraer más la atención y promover el turismo a lo grande. Todo el turismo. Cuando uno se equivoca, a veces lo mejor es reírse de uno mismo. No tomar los agravios a pecho y seguir adelante.

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