Incontables son los mensajes plasmados en lápidas de los difuntos, letras que agradecen el cariño que ofrecieron en vida; hay tumbas que se convirtieron en solo puños de tierra a ras de piso y otras que se excavan para resguardar los restos de un ser querido.

Es 1 de noviembre, dicen que en esta fecha llegan las almas de los pequeños para visitar a sus familiares, mientras que otras dicen adiós, justo en las festividades del Día de Muertos.

Hay madres, hijas, hermanos o esposos que entran a pie al panteón de Pachuca con flor de cempasúchil en mano; otros llegan en caravana, detrás de una carroza que en su interior guarda el cuerpo inerte de una persona.

Son familiares que no vienen de visita, sino a dar sepultura a un ser querido. Su foto, seguramente aparecerá esta noche en el altar, junto con alguna de las tantas flores que trajeron al panteón.

Ya no hay llanto, solo sollozos, que se confunden con la canción ‘Puño de Tierra’, que interpreta un trío huasteco, al tiempo que los sepultureros colocan dos grandes coronas de flores amarillas con bandas moradas en las que se puede leer: “Descansa en Paz”.

Justo como llegaron, regresan formados, un vehículo tras otro, pero esta vez sin el cuerpo de su familiar.

El trío huasteco sigue su recorrido por entre las tumbas, ofertando su música a los visitantes, quienes en más de una ocasión responden con frases como: “No gracias” o “ahorita me agarró pobre”.

Algunos entran al camposanto con flores naturales y artificiales para ofrecer a sus muertos, las cargan en la espalda, en botes o entre los brazos.

Otros entran con escobas y hasta con refrescos, con vasos desechables para compartir entre familia y difuntos.

Pocos son los que se detienen en la entrada para adquirir los servicios de agua que jóvenes ofertan sin precio ni compromiso, solo “una moneda”.

Es 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, fecha “para recordar a los que se fueron”, dicen los visitantes. Para ofrecer una flor y alguna canción. La comida favorita o una visita que muestre la veneración a los difuntos.

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