La Casa del Samaritano, ubicada en la comunidad de Bojay, en Atitalaquia, no tiene capacidad para atender a los miles de centroamericanos que conforman la caravana migrante que salió desde Honduras el pasado 13 de octubre, por lo que, se tendría que pedir apoyo de voluntarios en caso de que decidan pasar por Hidalgo.
La hermana Graciela Simón Romero, coordinadora de voluntarios de la Casa El Samaritano, detalló que el lugar está a cargo de ella y otra hermana que forman parte de las hermanas de los Sagrados Corazones de Jesús.
En un día normal, requieren de ocho voluntarios para una operación adecuada de la casa; sin embargo, a veces solo tienen una o dos personas más que les apoyan.

De martes a domingo atienden a migrantes que van de paso, esto de 8:00 a 14:00 horas pero a veces hay mucha gente y extienden la atención.
AYUDA
Se les permite bañarse, llamar a sus casas, se les da ropa si es que hay, se les brinda de comer y se les deja descansar un momento, pero solo de día y siempre y cuando solo vayan de paso, todo de forma gratuita.
Al día atienden un promedio de 60 personas, la mayoría son varones de entre los 15 y 25 años de edad, los cuales salen en busca de mejores oportunidades de trabajo y de vida para ellos y sus familias.
Aunque también vienen mujeres, niños y adultos mayores, un 80 por ciento son hombres jóvenes, comentó la hermana.

La casa es pequeña, y metiendo a la gente hasta en el último rincón, para que puedan comer algo, solo cabrían 150 personas, comentó, por lo que, el espacio es insuficiente para atender a las miles de personas que viajan a la frontera norte.
Puntualizó que aún no saben si la caravana pasará por Bojay pero si así fuera, necesitarían del apoyo de cientos de voluntarios no solo para atenderles sino con donaciones para ofrecerles alimentos.
Asimismo, realizó un exhorto para que los interesados acudan como voluntarios, aporten recursos en especie o monetarios para que la casa, que depende de la diócesis de Tula, pueda seguir brindando apoyo.
