Muy lejos se encuentra aún México de la media internacional de los países desarrollados, respecto de la inversión que se realiza en Ciencia y Tecnología.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), realizó un estudio en el año 2014, en el que comparó entre distintos países y la ingrata realidad fue descubrir que el nuestro está lejos de quienes tienen mayor desarrollo.

Si bien es cierto, entre el año 2011 y el 2014, la inversión en éste ramo creció en un 300%, aun así, nuestra nación se encuentra con un atraso histórico, a pesar de los esfuerzos, inversiones y proyectos que ha realizado el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).

Para expandir la investigación, los anteriores gobiernos han apostado a diversas líneas de desarrollo, esto es, no sólo invertir en la educación de estudiantes a través de becas a quienes estudien programas de posgrado de calidad (PNPC), sino también otras acciones.

Lo anterior implica que las instituciones de educación superior, hagan un gran esfuerzo para lograr inscribir sus programas de posgrado dentro del PNPC, pues con eso, los que no tienen capacidad económica para pagar grandes cantidades en instituciones privadas, reciben inclusive dinero por estudiar (alrededor de $15,000.00 para Doctorado y $9,500.00 para Maestría).

De igual manera y entre otras tantas acciones, tomó la correcta decisión de crear un programa en el que vincula a las empresas con las Universidades, para que, con recursos federales, se desarrolle investigación en proyectos productivos.

Podría enumerar más, sin embargo, el punto es que hoy se ha invertido muy por debajo de los países que están creciendo en este campo y hace unos días se desató en redes sociales, derivado de la publicación de un oficio, la polémica entre investigadores y científicos al expresar preocupación.

Sí, el gobierno federal entrante, a través de quien asumirá la titularidad del CONACYT a partir del 1° de diciembre próximo, la Dra. María Elena Álvarez, suscribió el oficio CONACYT/TRAN/003, en el cual solicita suspender toda convocatoria que implique gasto público para el año 2019.

Si analizamos la posición administrativa de quien tomará dicha responsabilidad, es correcto, pues no se pueden comprometer recursos cuya responsabilidad será de un nuevo gobierno, sin embargo, si lo vemos desde la perspectiva de los investigadores y las instituciones educativas, genera incertidumbre, que nada ayuda al medio científico.

Lo anterior en virtud de que hoy más que nunca el desarrollo tecnológico y la innovación, requieren no sólo certidumbre, sino continuidad, de lo contrario, en lugar de avanzar, estaremos ante un retroceso histórico.

En otras palabras, los estudiantes, las Universidades y las empresas, requieren asegurar que, sin importar el cambio de gobierno, los recursos que se destinan a la educación, la ciencia y la tecnología, no sólo seguirán, sino que crecerán para que México sea competitivo y atraiga inversiones.

Por hoy me despido, esperando tus comentarios.

Hasta la próxima.

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