Dice Matías de Stefano, un joven argentino que el cambio de consciencia no es decir ‘basta a todo lo que fue y empecemos de cero’. Por el contrario, es ir a abrazar todo lo que fuimos y todo lo creado como base propia de nuestra realidad para invitarla a transformarse junto con nosotros para comenzar a ir juntos.
Es un hecho que vivimos tiempos desafiantes. A cada instante saltan y saltan problemas que, de manera particular, en México nos tiene sumidos en un estado general de malestar, estrés, indignación y sobre todo ese sentimiento (que se les ha colado a muchos) de que “la humanidad se está yendo a la mierda”.
Violencia, agandalle y manipulación. Es el pan de cada día que nutre una realidad que ya no resuena en los corazones de la mayoría de seres humanos. Es momento de cambiar de visión, así como dicen los abuelos Mayas, comencemos a CREER que es posible para CREAR.
¡Somos Dioses en potencia!, con la capacidad de transformar desde la realidad individual la colectiva. Hoy esta triste realidad es CHINGONA. Sí, chingona, porque nos está fogueando, recuerden esto: “ningún mar en calma hizo experto a un marinero”.
CON EL JUICIO SE AFIANZA LO QUE NO QUEREMOS
La forma tangible en la que los mexicanos, y en general las personas del mundo, manifiestan la indignación y enojo (ya sea contra gobiernos, religiones, políticos partidos y personas gandallas) es a través del juicio.
Esa catarsis o expresión social CONTRIBUYE y DA FUERZA a esa vieja realidad; es decir, nosotros contribuimos a afianzar eso que ya no queremos ver, proyectada a través muchos medios:
(¿Te has dado cuenta que todo el tiempo nos bombardean, principalmente, en los medios de comunicación noticias negativas y desalentadoras?)
Cuando cambias la forma de ver, hacer y sentir las cosas, estas cambian y se puede ser chingón sin chingar a nadie. Por ello, es un buen momento para cambiar la forma de exteriorizar la indignación: ALZAR LA VOZ DEL CORAZÓN (abrazar, perdonar, amar, enviar luz aquellas personas gandallas, gobernantes, políticos, delincuentes y hasta situaciones y dificultades.
UNA CHISPA DE FURIA PUEDE DESATAR UNA GUERRA
A continuación les comparto esta breve historia que encontré en el libro “El Ser Superior” de Deepak Chopra (se los recomiendo):
Un día, un estudiante discutía con su maestro los horrores de la guerra y lamentaba la violencia que tienen las naciones.
— No veas la violencia como si estuviera fuera de ti—, increpó el maestro. Desconcertado el alumno respondió:
— Pero, si yo no soy violento. Trato amablemente a todo el mundo, ni siquiera me acuerdo de la última vez que grité—.
El maestro lo interrumpió:
— ¿Reconoces que hay una chispa de enojo en tu interior?
— Por su puesto. Admitió el estudiante.
— ¿Acaso no todos tenemos algo de enojo en nuestro interior?- asintió el maestro. —Te das cuenta que con esa chispa de furia, con esa partícula ignorada de violencia, cada persona contribuye a la guerra. El hecho de que parezca diminuta, la furia interna, es la causa de la guerra y el hecho de que parezca diminuta no cambia nada, porque a nivel más profundo de la conciencia no cuentan las reglas de grande y pequeño. Una chispa es suficiente para destruir un bosque entero—, concluyó el maestro.
Son esas pequeñas porciones de furia, resentimiento y enojo las que enviamos a los políticos, gobernantes, religiosos, delincuentes y demás sistemas que nos han limitado y que los fortalecen.
Es tiempo de sacar lo mejor de nosotros, las respuestas amorosas. Ser como niños, pues ellos son ese ejemplo vivo de fe y esperanza: aceptan, aman y abrazan.
Como adultos, la razón por la cual limitamos ese amor es porque identificamos el amor sólo para unas cuantas personas, aquellas que lo merecen pues pasan nuestra propia prueba de simpatía. Hoy demos ese amor sin mirar a quien.
Me despido con esta frase que dice:
“La inocencia es impersonal, al igual que el Sol que no le importa donde cae la luz. La inocencia irradia amor sin límites, esto no quiere decir que trates de manera efusiva a las personas que encuentres. Actúa apropiadamente de acuerdo a cada situación”.
Nuevamente, GRACIAS.
