Un complejo es un concepto cómodo, nos permite entender que una persona acumula un conjunto de características psicológicas, una forma de pensar y de sentir, de procesar los sentimientos y las emociones de forma más o menos semejante, y por lo tanto, nos permite la síntesis descriptiva de hechos psicológicos de una persona.

Así, por ejemplificar, muchos hemos escuchado: “esta persona tiene un complejo de superioridad” ¿Qué significa esto? Significa que existe en ella o en él un mecanismo inconsciente, autónomo, en el cual tratan de compensarse los sentimientos de inferioridad física, emocional, sensible o de su propia historia, generados por las experiencias de sus años de vida. En este complejo, los individuos, resaltan aquellas cualidades en las que sobresalen, y tratan de demostrarlas constantemente a las personas de su entorno. Es lógico pensar que cada individuo posea aspectos que considera positivos y otros que observa como negativos y que busque destacar los que considera benéficos, sin embargo, hablamos de alguien acomplejado cuando la persona en cuestión tiene una opinión exageradamente positiva sobre el valor y las habilidades de si mismo, expectativas muy altas y poco realistas con respecto a los logros de si mismo y de los demás, vanidad exacerbada, la intención constante de llamar la atención, orgullo, soberbia,  sentimentalismo y facilidad de ser herido, una tendencia a rechazar las opiniones de los demás, aunque estas sean objetivas, un comportamiento egoísta, y otras características que se van convirtiendo en un conjunto reconocible como una forma de ser y de actuar. 

Así, cuando hablamos de alguien con un complejo de inferioridad, es previsible el conjunto de reacciones que usará para desvirtuar nuestras opiniones. Para él o ella, su opinión es la más importante, es la más valiosa y su peso es indiscutiblemente superior a cualquiera otra opinión. Nos mira desde un pedestal, nos encontramos por debajo de su persona. Por si ya lo adivinaste amigo lector, los responsables de ese complejo son los familiares opresores, las tías que le dicen al niño que es feo, o los padres que les demuestran constantemente su incapacidad. Los complejos son, en su mayoría, fabricados en casa. 

Hay muchos complejos reconocidos por la ciencia psicológica: El Complejo de Edipo, por ejemplo, consiste en un apego ansioso a uno de los padres, mientras se gesta un sentimiento de competencia hacia el otro. El nombre se lo debemos a un personaje de la mitología griega. El Complejo de Otelo, consiste en la aparición de celos enfermizos, la persona con este complejo está totalmente segura de que su pareja le es infiel a pesar de que no tenga motivos reales que justifiquen sus sospechas. Algunos de los aspectos que caracterizan al complejo de Otelo incluyen una constante situación de alerta y vigilancia respecto a los hábitos de la pareja, la percepción errónea de los hechos cotidianos y la imposibilidad de controlar impulsos o pensamientos. Normalmente el Complejo de Otelo proviene de la tensión que genera la culpa de los actos y pensamientos del celoso, de la tensión que generan sus infidelidades, cuando existen y de una pobre imagen de sí mismo, el curioso nombre se lo debemos a un personaje de una obra de teatro de Shakespeare.

Pero, mi querido lector, vivimos en la posmodernidad. La Posmo para los avesados en el término. La modernidad nos alcanzó y nosotros la rebasamos. Estamos delante de ella, y en esta Posmo, poco lugar tienen Edipo, Elektra o Pigmalión, que tienen todos su sendos complejos nombrados en su honor. Pocos leímos a Shakespeare para entender el trágico desenlace de la historia de Otelo y Desdémona. Nadie sabe la historia de Ofelia y la tristeza de su partida flotando en el río.

Lo que tenemos en la posmodernidad es cultura popular. Si. Películas, series de televisión y personajes de la Mass Media. Y como era lógico, ahora los complejos giran alrededor de estos personajes, hoy, les voy a contar sobre los complejos que los especialistas en el Comportamiento Humano fueron encontrando en y con los personajes de Disney. Así que sin más preámbulo, les platico, con los respectivos créditos que hay que dar. 

Complejo de Blancanieves:  Quien lo padece cree que su belleza es su principal activo, mira como enanos a los hombres que se encuentran a su alrededor, literalmente vegeta, a la espera del príncipe que le liberará de su vida con enanos, para convertirla de princesa ¿? A reina. A veces estudia una carrera MMC (Mientras me caso). Para quien tiene complejo de Blancanieves su belleza es la moneda de cambio con la que obtendrá fortuna y bienes a través de su príncipe. Es cínica, como la Blancanieves de Disney, quien desde su primera canción y cuando expresa su deseo a la manzana mágica, deja claro su deseo de encontrar a un príncipe que la lleve a vivir a un castillo. Le debemos la creatividad del tema a la psicóloga Betsy Cohen.

Complejo de Cenicienta: Como el personaje de Disney, quien lo padece requiere ser atendida, rescatada, tienen miedo a la independencia, emocional y/o financiera, y esta situación se ve  reflejada en un deseo inconsciente de ser cuidada por otros y rescatada por alguna fuerza externa (por ejemplo un príncipe). Se victimizan de sus familiares, acusan maltratos inexistentes, y se victimizan constantemente. Como víctimas, exigen ser rescatadas. Viven una historia de frustración, en la que la Cenicienta invierte gran cantidad de tiempo, y recursos, buscando o esperando la llegada de su príncipe azul, comportándose con sus pretendientes como sumisa y necesitada, complaciéndoles como forma de atraerlos para ser rescatada. El complejo y sus consecuentes definiciones fue creado por el Dr. Peter K. Lewin en 1976.

Complejo de Peter Pan: ¿Cómo es Peter Pan? Es fácil de describir; vive en la tierra de nunca jamás, será un niño para siempre. No envejece, todo el tiempo se la pasa volando y no puede poner los pies sobre la tierra. Suena a chavorruco. Una de las características más divertidas de Peter Pan es que en la fábula tiene a su amor: Wendy, pero cuando ella tiene que crecer, él debe buscarse una nueva Wendy que no crezca. Que se mantenga siendo niña como el. Los encontramos en todo tipo de antros pateando loncheras. En los trasplantes de cabello y en los con ciertos de Timbiriche. 

En el complejo de Peter Pan encontraremos inmadurez en ciertos aspectos psicológicos y  sociales, la personalidad en cuestión es inmadura y narcisista. Las características de un “Peter Pan” incluyen algunos rasgos de irresponsabilidad, rebeldía, cólera, narcisismo, arrogancia, dependencia, negación del envejecimiento, manipulación, y la creencia de que está más allá de las leyes de la sociedad y de las normas por ella establecidas. ¿Qué miedo, no? El término complejo de Peter Pan ha sido aceptado en la psicología popular desde la publicación de un libro en 1983 titulado “El síndrome de Peter Pan, el hombre que nunca crece” su autor fue Dan Kiley.

Complejo de la Bella y la Bestia: En el cuento de la Bella y la Bestia el mensaje es que debemos buscar la belleza interior, en el complejo la cosa es al revés, quien lo padece, parece empeñarse en encontrar algo bueno en personas tóxicas. En pocas palabras, se trata de domar a una bestia. Una persona que trata de cambiar a su pareja, quien a su vez es una persona agresiva, impulsiva y sin dominio de sus actos, difícil, con problemas emocionales y a veces sociales, que no es capaz de establecer una relación sentimental funcional. Claro, quien tiene el complejo de “la Bella y la Bestia” tiene alma de salvador. Cree que puede salvar a su pareja de si misma. El acomplejado o la acomplejada creen que en el fondo de su bestia, encontrarán a un dulce príncipe, o a una hermosa princesa. Si bien esto pasó en el cuento, no pasará en la vida real. Una bestia siempre actuará como una bestia. Quien no tiene control de su moral, de sus impulsos, de sus deseos o de sus necesidades no tiene nada que aportar a la vida de nadie. El autor, hasta donde sé, es el psicólogo español Alejandro Navas.

Cierro con broche de oro con uno de los mejores constructos que he encontrado en los últimos años. Es de la Autoría de mi Maestro Efraín Noé Ríos Avendaño.

Complejo de Maléfica: Se trata de las brujas modernas. Las brujas posmodernas, se trata de nuestra sociedad femenina de los post treinta, que está atorada en el arquetipo de la bruja. Son violentas, cínicas, manipuladoras y abusivas. Después de haber crecido con el ideal de las princesas de Disney, que no se materializó y que se vio frustrado con su realidad, han caído en la trampa absurda de ser maléfica. ¿Cuáles son sus características? Tienen el corazón roto. Después de enamorarse y lastimar profundamente a su amor desde sus expectativas incumplidas, lastimadas en   su autoimagen de princesa, su corazón vive partido con el dolor de la desilusión.

Consideran que el amor ya no es una opción en sus vidas, aunque tienen fantasías románticas con cada uno de sus amantes, no tienen las agallas para hacerlas realidad. Dicen que prefieren vivir solas, pero no es cierto. Se jactan de gritar a los 4 vientos que el amor no existe, no vale la pena, es una ilusión. Están dedicando su vida a administrar su reino. Al no considerar más a la pareja como opción. Se dedican a los placeres. Sexo, comida, viajes, diversión, trabajo, pero sobre todo a disfrutar el placer de haberse amputado la nobleza y la creencia en ser mejores. Se sienten poderosas. De alguna forma creen que la ausencia de pareja les da una suerte de poder “mágico” con el cual pueden dominar al mundo. Si llega una persona nueva a su existencia y les profesa amor, son capaces de destruirlo completamente: Ellos no son un Rey a la altura de Maléfica.

En secreto odian a las princesas y se regocijan de su sufrimiento. Cuando el amor falla, ríen a carcajadas y gritan: “¡Se los advertí! –Insertar una risa maléfica-“. Por lo regular, tienen una hija (aunque puede ser hijo), la cual, sufrirá por amor y en ocasiones como burla del destino por su propia falta de fe en el amor. Es decir, el destino le proyecta su realidad a través de sus seres queridos.

Es un complejo cíclico, como su violencia, pues cada vez que mueran a manos del príncipe (un amor más joven y fallido), el cazador (un experto seductor de Maléficas) o la princesa (que las cambien por otra mujer más joven, o menos Maléfica), la Maléfica renacerá y será aún más Maléfica. De miedo.

En últimos días he repetido mucho la frase de que cada persona se cuenta un cuento a la hora de dormir, un cuento en el que sus complejos le llevan a creer que es el héroe de su historia. De su cuento de hadas. De su película de Disney. Vivir sin ese cuento es uno de los principios de la salud mental. Vivir sin complejos es uno de los resultados. 

Para platicar de este y otros interesantes temas de la salud mental práctica y de las relaciones humanas, daré un curso este 12 y 13 de Septiembre. Como siempre, en la Universidad Iberomexicana. Pueden encontrar informes en mi Facebook, solo deben teclear mi nombre.

Complejamente: José Luis Ramos Ortigoza

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