Después de ganar la elección de senador, Julio Menchaca es en estos momentos el candidato natural de la oposición para competir por la gubernatura de Hidalgo, aunque en el transcurso deberá definir su relación con el Grupo Universidad.

Así como Gerardo Sosa, presidente del patronato universitario, Menchaca observó desde el año pasado el poder electoral de Andes Manuel López Obrador e hizo pública su adhesión a Morena antes que el jefe de la casa de estudios renunciara al PRI.
 
Expresidente del Tribunal Superior de Justicia, exdiputado local, expriista como Gerardo Sosa, el senador electo reúne desde ahora las características de un futuro candidato antisistema contra más de 80 años de hegemonía de un solo partido, así como el compromiso de castigar la corrupción en el gobierno, como su denuncia contra la venta de áreas verdes a particulares en el fraccionamiento capitalino San Javier.

El Grupo Universidad también puede abanderar una candidatura antisistema, pero con señalamientos en su contra que actualmente utiliza hacia el gobierno: la permanencia en el poder de un número reducido de personas, como en la rectoría de la UAEH.

En tanto, Julio Menchaca tiene en su contra la débil denuncia de obtener concesiones de taxis hecha durante la anterior campaña por Pedro Solares, dirigente transportista ligado al PRI.

Falta mucho para la sucesión en palacio de gobierno y antes habrá elecciones de presidentes municipales, donde Sosa y Menchaca podrán refrendar la alianza y plantear bajo qué términos, o de plano, decidir que cada quien irá por su lado.

En una primera medición de fuerzas, el Grupo Universidad ya se impuso ante Julio Menchaca cuando consiguió que Antonio Mota quedara en segundo lugar de la pasada elección de presidente municipal de Pachuca, la cual ganó la panista Yolanda Tellería.

Académicos y alumnos salieron a las calles y lograron superar la red de apoyo que construyó Menchaca desde su candidatura independiente, acotada por escaso financiamiento público y la camisa de fuerza que impuso el Instituto Electoral.

Gerardo Sosa supo cambiar de piel, sin renunciar al PRI en un primer momento, con la finalidad de acoplarse a la transición panista con Vicente Fox y después sortear la continuidad que significó Felipe Calderón para hibernar en los primeros años del sexenio de Enrique Peña Nieto, con intentos de recuperar poder y mantenerse vigente bajo la fachada de Movimiento Ciudadano, siempre desde la UAEH.

Luego de mantenerse lejos del PRI, Julio Menchaca buscó la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo (CDHEH) y después la alcaldía de Pachuca bajo una candidatura independiente. También apoyó el juicio contra los parquímetros instalados en la capital del estado.

Los demás actores de la oposición muestran perfiles desgastados: José Guadarrama, que vive de la victoria que obtuvo hace doce años en las urnas sobre Jesús Murillo Karam y que recientemente regresó a la presidencia del Frente Democrático Hidalguense (FDH), expresión interna del PRD que siempre ha estado bajo su control.

En tanto, Francisco Xavier no supo capitalizar el segundo lugar que obtuvo en la pasada elección de gobernador, apostando por mantenerse en la opinión pública por sus declaraciones y no por un trabajo sólido para fortalecer al PAN que lo postuló.  

Julio Menchaca cuenta con tiempo suficiente previo a la elección de gobernador con tal de fortalecer estructura, ahora sin el efecto en campaña de López Obrador, y decidir con qué actores tenderá alianzas políticas, como Humberto Veras, el futuro coordinador de los diputados del Grupo Universidad.

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