Mauro ha ganado dos veces el primer lugar en la feria gastronómica de Santiago de Anaya y este año busca aumentar sus galardones con un lagarto horneado que sus abuelos le enseñaron a cocinar.
Su amor por la cocina comenzó cuando era niño, pues veía que su mamá participaba cada año en la feria gastronómica de su municipio. Ahí decidió que quería competir.
“Yo vengo a participar porque mi jefa lleva como doce años concursando, vi que cada año venía a participar y a veces ganaba premios. De ahí me llamó la atención y yo vine a concursar”, narró a AM Hidalgo.
Es un finalista constante en la premiación, incluso ha ganado dos primeros lugares con la preparación de calabazas.

CALABAZA HORNEADA y XINCOYOTES
“Ya me llevé dos primeros lugares: con una calabaza horneada que le puse piloncillo y le dejé sus pepitas, todo bien limpiecito. El otro era atole de aguamiel, en lugar de olla lo metí en una calabaza chilacayota”.
Ganó un refrigerador y una batería de diez trastes en esas ocasiones y este año busca el triplete, se encuentra entre los 50 finalistas y quiere obtener el premio de este año, por eso desde los primeros días de la semana buscó sus escurridizos ingredientes.
“Presento xincoyotes horneados en salsa de nuez cimarrón. Es un lagarto. Fui martes, miércoles y jueves y me traía uno, porque estaba nublado, pero cuando hay sol salen todos. Como no ha llovido tampoco salen, se quedan debajo de la tierra”.
Para atraparlos debe matarlos con una resortera, si no lo hace así es casi imposible atraparlos, narra.
RELLENOS DE AJO, ORÉGANO BECERRO Y SALSA
“Es fácil prepararlo, lo más difícil es buscar los lagartos y romper la nuez y tostarla para hacer la salsa. Ya que están muertos, hay que rellenarlos con ajo, orégano becerro y salsa. Se tapan y se meten al horno de tierra, tardan como hora y media en estar”.
El gusto por preparar alimentos le fue heredado de muchas personas, tíos, vecinos y en especial sus abuelos, ellos comían los lagartos cuando él era pequeño.
“Yo tenía unos abuelos ya grandes, ellos nacieron allá por 1920 y desde hace como 25 años yo estaba chico, veía como los hacían. A ellos les gustaba, a mí me gusta el sabor como a pescado que tienen, es bueno”.
El platillo con que concursa este año tendría un precio al público de mil a mil 500 pesos por seis lagartos cocinados.
FUTURO PARTICIPANTE
A sus dos hijos les llama la atención ese tipo de gastronomía, sin embargo es al menor al que le gustaría participar en la feria anual.
“Tengo mi esposa y dos hijos. Ellos ven como le hago y les da curiosidad. El chico, de nueve años le gusta, dice que cuando sea grande quiere venir a concursar y ganar primeros lugares. Hoy me paré a las cuatro de la mañana para hornear los lagartos y él se despertó temprano con tal de ver como se hacía. Para mí es un orgullo”.
Considera que es de máxima importancia transmitir las recetas para mantener una tradición que le heredaron sus abuelos y no se sabe desde cuando pudiera estar presente el comer esa especie de reptiles.
“Es muy importante que estos platillos se sigan haciendo porque creo que de mi generación ya casi nadie sabe preparar xincoyotes, a algunos ni les gusta, les tienen miedo… es difícil atraparlos y hay que matarlos”.
Mauro Mejía se mantiene entre los mejores cocineros de la feria anual y en la próxima edición buscará de nueva cuenta el primer lugar.
