Entre peines, tijeras de estilista y libros de mercadotecnia, Brenda Elías del Rio encontró un trabajo noble, bases para construir un mejor presente y la fuerza para superar las adversidades que en la vida suelen presentarse, esas que despiertan talentos que en la comodidad hubiesen permanecido dormidos. 


Foto: José Antonio Alcaraz

Esa tarde, frente a un enorme espejo, trabajaba en un casquete corto regular a un niño de tercer año de primaria que no dejaba de reírse y moverse cada vez que la máquina de corte rosaba la pequeña cabellera en su nuca. 

Mujer universitaria de 42 años de edad, estilista de oficio, madre de tres hijos y ama de casa, Brenda comenta que está a un paso de concluir la licenciatura en Mercadotecnia que inició hace más de tres años en el sistema abierto de la Universidad Autónoma de Hidalgo (UAEH).

Atenta a cada tijeretazo que da sobre la lanuda cabellera del niño, la mujer estilista platica que ante los problemas que suelen envenenar la vida, el mejor antídoto es la ocupación en una actividad que le permita mantener la mente activa y el enfoque en las cosas positivas, pues, negativas hay muchas, comenta. 

Su historia como estilista comenzó en 2007, cuando “aprendí este oficio por parte del Icathi (Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado de Hidalgo), pues antes solamente me dedicaba al hogar. La invitación de estudiar vino del centro de trabajo de mi exmarido”. 

Originalmente, dice, “me llamó la atención la computación, pero como no había computadoras, nos dijeron que mejor tomáramos otro curso y fue que escogí el de estilismo, además me motivó mucho una amiga”.

Foto: José Antonio Alcaraz

Tres horas diarias, tres veces a la semana, durante tres años, duró el curso en el que Brenda aprendió el oficio de cortar el cabello, hacer peinados, aplicar tintes, uñas, etcétera. La primera vez que cortó el cabello al público en general, recuerda, fue en un negocio ubicado en la calle Ocampo: “sentí muchos nervios… respire solamente dos veces, fue difícil, pero al final creo que todo salió bien”.

La plática inició al interior de un pequeño local, de cuatro por cuatro metros, ubicado sobre la calle Patoni en el centro de Pachuca (a un costado del mercado 1 de mayo), donde atiende de lunes a sábados de 9:00 a 14:00 horas 

“Es un trabajo muy noble, pues siempre hay alguien que requiere cortarse el cabello. No es caro realmente (30 pesos) y afortunadamente ya tengo a mis clientes. Gracias a este trabajo, junto con el apoyo de mi exesposo, hemos sacado adelante a mis tres hijos”, comenta Brenda.

CORTAR CABELLO PARA COSTEAR LA INGENIERÍA DE SU HIJO  
La necesidad de costear la ingeniería en mecatrónica de uno de sus hijos en la Universidad Politécnica de Pachuca (UPP) hizo que el estilismo se convirtiera en una parte importante para poder lograr ese propósito.  
“Cuando nos dijo que quería estudiar la ingeniería en mecatrónica, nos fuimos para atrás, pues es una carrera muy cara, entonces fue que con este trabajo comencé a ayudarlo, pues siempre los padres debemos de apoyar a nuestros hijos”.


Foto: José Antonio Alcaraz

UNA CRISIS HIZO QUE SE METIERA A ESTUDIAR 
Fue a raíz de una crisis en su matrimonio que, hace poco más de tres años, que tomó la decisión de ocuparse y entrar en acción para no dejarse caer. Fue entonces que decidió inscribirse al sistema abierto de la universidad hidalguense.

“Cuando llegaron esos problemas en mi matrimonio me dije: ‘tengo que poner mi cabeza y atención en algo’ y por eso me puse estudiar la licenciatura… prácticamente ya estoy concluyéndola, solamente me falta las prácticas sociales para titularme”, dice.
-Ahora que reciba su título, ¿ya tiene pensado qué hará?

“Ahora no sé qué voy a hacer, porque en verdad no he tenido tiempo de pensar en algo porque pasar las materias, cumplir con los trabajos escolares, atender el negocio y las labores de mi hogar, no me han dado tiempo de pensar, aunque bueno, muchas cosas que he aprendido en la universidad las he aplicado en el negocio y vaya que funcionan”.

Sin embargo, asegura que en un futuro cercano buscará poner su negocio propio de estilismo aplicando algunas lecciones y experiencias aprendidas en la UAEH; sólo espera terminar de juntar el suficiente capital para abrir su local. 

“No sólo son conocimiento sino experiencias. La mercadotecnia se puede aplicar en cualquier negocio, en este caso en el estilismo ha aplicado algunas cosas. A lo mejor no como se debiera pues no es mi negocio, pero sí por lo menos con los clientes para fidelizar ese lazo”, comentó.

LE HA TOCADO CORREJIR PEINADOS EXTRAÑOS DE ADOLESCENTES 
En los nueve años cortando el cabello, nunca le han pedido cortes fuera de lo común. Por el contrario, “han venido a que les corrija cortes, principalmente de adolescentes, que ven en internet o la televisión y que no les quedan, pues no a todos nos resulta un peinado”.

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