No obstante a que reconoció que los rastros clandestinos son una problemática constante en Hidalgo, la Copriseh señaló que es imposible ejercer acciones en contra de ese tipo de negocios debido a la falta de denuncias formales.
Así lo dijo Rosa Gabriela Ceballos Orozco, titular de la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de Hidalgo (Copriseh), quien señaló que “el problema es que la denuncia no es formal”.
Argumentó que la Copriseh no puede realizar supervisiones sin actas que avalen la visita, mismas que requieren del nombre, dirección del establecimiento, así como la hora especifica en la que se matan clandestinamente a los animales.
Ceballos Orozco, puntualizó que hay un registro de ocho rastros en Hidalgo y 17 en calidad de matadero, ya que estos no cumplen con el tamaño del lugar requerido, pero si cuentan con los niveles necesarios de calidad.
Sin embargo, no hay una estadística que refiera a los rastros ilegales, decido a que los 70 verificadores de la Copriseh resultan insuficientes para “andar investigando dónde matan clandestinamente”.
Entre las principales problemáticas que presentan los rastros cuando son supervisados por la Comisión contra Riesgos Sanitarios son: material de trabajo sucio, nula desinfección en los aditamentos y que el personal se sube con botas a las mesas.
PROBLEMA DEL RASTRO EN PACHUCA
Gabriela Ceballos señaló que la falta de actividades en el rastro de Pachuca afecta a las personas que matan y distribuyen la carne.
“La gente que mata a los animales se moviliza a los rastros que están alrededor para dar cumplimiento a su venta, ellos tienen que trasladarse, irse de madrugada para hacer los sacrificios y regresar nuevamente a la venta de producto”, finalizó.
