Tres leyendas pintadas con rojo en la barda trasera, recuerda la esencia revolucionaria de decenas de generaciones que vivieron y se educaron en la Escuela Normal Rural de El Mexe: “¡¡Patria o muerte venceremos!!”, es una de ellas. Ahora ya no existe más esa consigna que era himno.

Foto: J. Martínez.
Hace 18 años a estas horas, Tepatepec ardía entre advertencias de ataques de policías federales y los montones de piedra de río que servirían como proyectiles en caso de un ataque en la plaza principal.
Y frente a todos, la cara desesperada de los policías estatales que descamisados y amarrados de pies y manos, esperaban se cumpliera la amenaza de ser rociados de gasolina y quemados públicamente, tal como momentos antes hicieron con sus botas y equipo.

Foto: J. Martínez.
De madrugada
Poco después de las tres de la mañana, de aquel 19 de febrero, se dio la alerta de que la policía desalojaría el plantón que mantenían sobre la Plaza Juárez estudiantes normalistas en apoyo a los inscritos en El Mexe.

Foto: J. Martínez.
Con una catapulta, un grupo de granaderos derribó prácticamente la puerta de aluminio y vidrio de Palacio de Gobierno, para luego emprender a golpes contra todo lo que se moviera. Dormidos y espantados, los muchachos que dormían prácticamente a cielo abierto fueron rodeados y llevados al estand de tiro de la Procuraduría de Justicia. Fueron poco más de 500 los arrestados.
El mismo convoy de policías llegó primero a los dormitorios de El Mexe, reventando candados y puertas a patadas, gritos y mentadas de madre. Uno a uno fueron sacados los estudiantes de las oscuras galeras para subirlos a los autobuses y ser llevados con rumbo a Pachuca.
Todo parecía una operación con éxito, ordenada y dirigida por Miguel Ángel Osorio Chong, entonces secretario de Gobierno.
El convoy logró salir sin problemas, sin resistencias. Sin embargo una pick up patrulla se quedó atorada justo en la salida del largo camino de la escuela rumbo al pueblo. Allí, comenzó el primer enfrentamiento.
Los policías intentaron usar sus bastones contra la población que comenzó a apedrear las demás patrullas.
Los policías estatales destacados en otros municipios como Mixquiahuala, Progreso y Tula, llegaron al apoyo y resguardar las instalaciones escolares. Una hora más tarde, ardían loas camionetas y sus ocupantes eran sometidos, encuerados y atados de pies y manos.

Foto: J. Martínez.
La ira de los vecinos ya cundía por las calles con alto parlantes, mientras sonaban las campanas de la iglesia.
Así, descalzos y sin camisa bajo un fuerte sol fueron llevados como botín de cambio. No había más, o entregaban a los cerca de novecientos alumnos o quemarían a los policías. Todavía no era mediodía y ya habían sucedido muchas cosas.
La gente comenzó a arremolinarse en la plaza principal en torno a los policías atados que fueron puestos de rodillas.
La amenaza de incendiarlos se mantuvo durante toda la jornada, algo que se intensificaba cuando sobrevolaban los helicópteros de la policía federal, acompañados de gritos y denostaciones en contra del gobierno de Manuel Ángel Núñez Soto.
Ya pardeando la tarde, los que usaban el micrófono ya portaban pasamontañas y desde el anonimato azuzaban a la población, que arremetía lo mismo contra fotógrafos, camarógrafos o reporteros.

Foto: J. Martínez.
La agonía de los policías se alargó mientras el alcalde era convocado por funcionarios estatales que se instalaron en el Hotel Rirra, para desde allí llevar las supuestas negociaciones.
Fue hasta luego de la medianoche cuando en autobuses llegaron los estudiantes retenidos para intercambiarlos por los policías.
Eso sucedió hace 18 años, en unos momentos, comenzarán el evento que recuerda esta fecha, aunque ya nada sea igual, ya nadie se acuerda de cantar La Internacional en las marchas y acoimpañar sus plantones con música de Violeta Parra o Silvio Rodríguez.
En el ahora, Universidad Tecnológica de Francisco I. Madero, que ocupa las instalaciones de El Mexe, los estudiantes ya no tienen resistencias, “ya son distintos, pero si les hacen algo también sacamos la cara por ellos”, afirma el comerciante Joel Hernández quien acepta que ahora son mejores tiempos, “porque los muchachos de ahora traen para comprar y nos hacen el gasto, antes nosotros los apoyábamos”.

Foto: J. Martínez.
Había que sumarse: Gerardo Sánchez
“Ese 19 de febrero del 2000 yo daba clases en San Juan Tepa, salí del trabajo y escuchamos que andaban voceando para pedir apoyo, tomé mi bicicleta y ya iba para El Mexe con mi esposa”.
“En el camino nos encontramos que venían de regreso los granaderos camino al centro de Francisco I Madero rodeados por cientos de personas que se habían unido. Estuvo muy tenso, algunos estaban con ganas de prenderlos vivos”.
“Nos fuimos hasta que se logró la liberación de los alumnos y habitantes que estaban detenidos. Fue en la noche que llegaron en autobuses y ahí se hizo el canje, granaderos por estudiantes”, así es como recuerda Gerardo Sánchez, egresado de la Normal Rural Luis Villarreal y profesor de la última generación de la escuela lo sucedido el 19 de febrero del 2000.

Foto: J. Martínez.
Hoy se conmemoran 18 años de la resistencia de estudiantes del Mexe y población de Tepatepec, quienes buscaban que la institución educativa mantuviera sus actividades, situación que no se dio.
“Desde ese día nada fue igual. Se reubicaron a algunos alumnos y las clases se daban en la Secunaria Técnica. Algunos se fueron a otras normales del estado”.
“La escuela era para alumnos que no tenían recursos, al cerrarse se fueron las posibilidades. En mi época de estudiante nos daban 35 pesos de beca. Es un orgullo ser maestro de Artística en los últimos años del Mexe. Más orgullo es ser egresado”.

Foto: J. Martínez.
“Apenas el sábado tuvimos una reunión con los de mi generación (1976-1980), fuimos a las instalaciones y más de uno se pone nostálgico. Recordamos que acá era una escuela para gente de bajos recursos y sí te aceptaban, podías comer bien, tener un sitio para dormir y tu beca“.
“Ahora que está la Universidad Politécnica de Francisco I Madero la oferta educativa es diferente, hay más alumnos. Las instalaciones están mejor, lo que eran dormitorios, ahora son aulas. Ahora no generan maestros, ahora se generan ingenieros”, finalizó Sánchez.
