Desde 2006 las autoridades locales y federales investigan a una familia que lidera el negocio de la trata de personas en la Ciudad de México y que tienen como país de origen Argentina, desde donde reclutan a sudamericanas a quienes prometen triunfar en la televisión mexicana para después llegar a Estados Unidos.
En seis meses las chicas terminan alquilando su cuerpo en diversos portales de internet y de lo prometido nada, a las mujeres les deja un margen de ganancias mínimo; ellos cobran 8 mil pesos y sólo les dan mil pesos por cada servicio.
De acuerdo con las autoridades, ambas mujeres, asesinadas en noviembre y diciembre del año pasado, presuntamente fueron reclutadas por una la mafia argentina y eran explotadas sexualmente a través de la página zonadivas.com
La investigación apunta a que el reclutamiento se da a través de otro lenón a quien las autoridades identifican como El Capurro, quien además es propietario de por lo menos tres páginas de internet donde ofrece a jóvenes —hombres y mujeres— como escorts, acompañantes y modelos para pasarela.
Las autoridades estiman que cada portal le deja ganancias de hasta 10 mil dólares mensuales.
El contacto para importar a las mujeres a nuestro país corre a cargo de la familia Santoyo Cervantes. Ellos se encargan de elegir a las “ideales” para el mercado mexicano y distribuirlas en Los Cabos, Cancún, Monterrey y Tijuana, incluso ciudades de España, aunque la mayor parte se concentra aquí.
