León, Gto. Hace poco más de un año la doctora Paulina Uribe Morfín, profesora investigadora y coordinadora de la licenciatura de Desarrollo y Gestión Interculturales de la ENES-UNAM Unidad León y activista en la defensa por un medio ambiente sano, inició con sus alumnos un proyecto llamado “Basura Cero”.

Doctora Paulina Uribe Morfín.

El objetivo del proyecto es dejar el consumismo, generar menos desechos, separar la basura, reciclar, dar un segundo uso a lo que se pueda y con lo que no se pueda desechar hacer ecoladrillos, con el fin de cada familia se haga cargo de su basura para que esta no llegue al relleno sanitario.

El proyecto es parte de la materia Sociedad, Cultura y Medio Ambiente que llevan los alumnos de la licenciatura de Desarrollo y Gestión Interculturales.

La doctora Paulina comentó que primero se conduce a los alumnos a la reflexión, a conocer, porque cuando se conoce y comprende un problema se actúa.

“Conocer el problema de la basura requiere entender que tiene muchas dimensiones, una personal de lo que consumimos y producimos y que después se convierte en problema porque la gestión política y las leyes son insuficientes para que ésta termine en un lugar adecuado”

Agregó que antes de la práctica los alumnos hacen lecturas de sensibilización para entender la realidad de la que alguien se tiene que hacer cargo.

“El  proyecto dura aproximadamente 10 semanas y aunque a veces no se logra al 100% si ayuda a que se den una idea general del desafío de que lo que se consume no quede en la basura, en tiraderos a cielo abierto, porque en Guanajuato no hay rellenos sanitarios al 100%, solo en León pero no funciona de manera adecuada, y el problema se nos regresa en mala calidad de aire, agua o tierra”

Lo llevaron a la práctica

Añadió que en la práctica lo primero que hicieron los estudiantes fue detener la basura generada en su casa durante una semana; la contaron, pesaron y midieron para saber cuantos kilos produce su familia.

“En México se produce entre un kilo cien o 200 gramos de basura al día por persona, somos de los países que más produce en Latinoamérica”

Después la basura se limpio, separó, clasificó y se buscó un lugar en su casa para almacenarla mientras buscaban un lugar adecuado para depositarla pues el municipio no tiene un camión que recoja basura separada, “es una política pública que no está funcionando y se busca resolver de manera personal”, destacó la investigadora

Comentó que cuando los alumnos separaron la basura se dieron cuenta que más del 50% de los residuos son orgánicos e hicieron composta que aprovecharon o regalaron.

“También monitorearon si hubo cambios en la conducta de sus familiares en relación a la basura, si dejaron de utilizar o comprar algunos productos y armaron una red para vender o regalar lo reciclado o de reuso, la mayoría ya tenemos esa red pero no nos damos cuenta pues ya hay personas que va por las botellas de pet o el cartón y obtienen un ingreso de lo que otros consideran desperdicio”

¿Qué pasa con lo que sí es basura?

Otra actividad que hacen y les gusta mucho es hacer ecoladrillos con residuos que no tiene clasificación y son problemáticos como envolturas de boranas, galletas, etiquetas de ropa, pedazos de aluminio, guantes y cubrebocas, los cuales limpian, recortan y colocan a presión en un bote de pet y cuando está completamente lleno y duro lo tapan y entregan a una red de personas que los usan para construcción.

También se hace un inventario de ropa, se cuenta y se pone un límite de con cuánta se puede vivir, el excedente se entrega a un lugar donde pueda servir y a partir de ahí solo se cambia la ropa vieja por nueva sin aumentar el inventario.

“Los estudiantes involucran a otras personas a través de redes sociales, se unen a campañas ambientales con el proyecto, lo suben a sus redes, reportan sus interacciones y participan en un proyecto llamado Bosque de Bolsillo de la ENES León donde algunos donan su composta, han hecho campañas con una organización internacional y con el colectivo ecologista Jalisco para abatir el plástico, esas son acciones concretas que se hacen desde el hogar”

Hay más por hacer

Otras actividades que se hacen para cuidar el medio ambiente son a nivel político, los alumnos se organizan y siguen por redes sociales a algún funcionario público para ver si habla de temas ambientales y exigirles que legislen para que haya un manejo integral de residuos desde el municipio y que no sean solo decisiones personales que no reditúan los mismos frutos.

La activista ambiental comentó que el proyecto empezó con la pandemia, que llevan un año haciéndolo, dos grupos han participado en él y se han sensibilizado 40 alumnos en el tema.

“Actualmente 10 colaboran formalmente en el proyecto del Bosque de Bolsillo, participamos en el Festival de Ciencias y Artes con un taller de Basura Cero donde se enseñó a 120 alumnos de una secundaria a hacer ecoladrillos, algunas alumnas han sido invitadas a hacer proyectos personales en temas de manejo de residuos y educación ambiental, ya están formando a otros y así va la cadenita para el cuidado del Medio Ambiente”

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