El kilómetro del libro, en su 5° edición tuvo como objetivo reunir, mediante donación, libros infantiles para aumentar el acervo en las bibliotecas municipales. Fue hoy desde las 9 de la mañana, cuando se estuvieron recibiendo libros de parte de Instituciones a fin de completar el kilómetro de libros sobre la exedra, así lo mencionó la titular de la Secretaría de Integración Social, Angélica Flores quien está a cargo de dicho proyecto.
El km de libro estuvo acompañado de un festival cultural en el que participaron escuelas con danza, poesía y música, en el que destacó la Sinfónica de la Técnica 1, esto con el fin de atraer al público en general a que donara un libro.
“Que el libro sea un pretexto para hacer una fiesta de la lectura”
La exedra lució desangelada, sin embargo, se esperaba la participación asegurada de las Instituciones y de las Secretarías Municipales para cumplir la meta. El año pasado donaron 6 mil 200 libros, y ahora, mencionó Angélica Flores, se tiene una meta poco ambiciosa, superar al menos con 100 libros el número anterior.
Cuentos y fábulas fueron parte de los libros donados por kínder, primarias, secundarias hasta universidades, a fin de nutrir los círculos de lectura en las bibliotecas.
Agregó que es por medio de la Dirección de Educación como, una vez concluido el kilómetro, se distribuyen los libros a cada biblioteca de acuerdo a las necesidades de las mismas.
“Un niño que lee es un niño que en el futuro le va a gustar estudiar, que va a poder viajar, y podrá tener una cultura, y le va a nacer el espíritu y las ganas de saber”.
La biblioteca Torres Bodet es un ejemplo de que hay un déficit de libros infantiles y la gran mayoría está en malas condiciones, como había comentado a AM la encargada de la sala infantil de este lugar, Alejandra Chávez.
De ahí la importancia de destinar recursos y fortalecer el acervo infantil “Si hay un recurso especial, nosotros ponemos bases para que crezca no solo en libros, sino en equipamiento, y en personal que se encargan de dar talleres de regularización en las propias bibliotecas” asegura Angélica Flores.
