León, Gto. Ana Itzel González, Cecy Alderete, Juan Carlos Barrios y Víctor Borrás coinciden en que el arte, y en este caso la música, es la mejor medicina para el corazón y el espíritu en los momentos de crisis. 

Son integrantes del Coro del Teatro del Bicentenario, una agrupación coral integrada por hombres y mujeres de diferentes clases sociales, edades y profesiones que tienen el objetivo común de crear comunidad. 

El coro nació en el 2013 con el propósito de convertirse en una agrupación vocal comunitaria, capaz de abordar el amplio repertorio lírico de las diferentes épocas y estilos, debutó el mismo año, con la ópera “Madama Butterfly”, de Puccini. 

Luego de 14 meses de la llegada de la pandemia a México, regresar a un escenario como la agrupación de casa para ofrecer un concierto dedicado no solo a la mamás, sino a quienes ya no están y a las familias que han sufrido esas pérdidas, es un aliciente para no dejar de hacer lo que además de sus profesiones diarias, también les apasiona: cantar. 

Para Cecy Alderete, docente de inglés y licenciada en Cultura y Arte, dejar esta actividad una vez declarada la contingencia sanitaria fue un freno que de alguna manera apagó la luz de los integrantes del coro, por lo que al momento de entrar al escenario sintió un nudo en la garganta de verse reunida de nuevo con algunos de sus compañeros y con el público que ya los esperaba. 

A la par de la música, Juan Carlos Barrios se ha desempeñado toda la vida como químico farmacobiólogo y compartió que este regreso los llena de fuerza y vitalidad para seguir adelante. 

Atendiendo a las medidas sanitarias, en escena solo pudieron estar 20 cantantes, por lo que el mercadólogo, Víctor Borrás externó su pesar por la ausencia de sus demás compañeros, lo que también les da una mayor responsabilidad de no equivocarse y el orgullo de tener un evento propio en su casa del Teatro del Bicentenario Roberto Plasencia Saldaña. 

“Fue empezar otra vez a entrenar y colocar la voz, ha sido mucho reto y paciencia porque nuestro director es maravilloso y siempre ha creído en nosotros, es muy joven, pero muy talentoso, profesional y sobretodo disciplinado”, destacó Cecy. 

Desde que empezaron la construcción del recinto, Ana Itzel González, docente de inglés de profesión, le dijo a su mamá que un día ella cantaría ahí y años después verla entre el público ha significado un sueño hecho realidad. 

“Yo creo que en este concierto todos tuvimos un nudo en la garganta, por regresar, por celebrar a nuestras mamás, pero también todos conectamos en ese momento dedicado a las pérdidas de tanta gente que ya no está”, agregó. 

De viva voz

“Vamos a reactivarnos de una forma responsable e invito a todos a que sea de una forma segura para que no perdamos lo que nos gusta, los espacios, las actividades y podamos hacerlo de una forma ordenada para salir adelante”. 

Juan Carlos Barrios

 

“Los médicos están haciendo una gran labor, pero el artista es el médico del alma y si todos nos cuidamos y continuamos con las medidas de protección nos dejarán a los artistas seguir curando todos los corazones y espíritus fracturados por la pandemia”. 

Ana Itzel González

 

“El arte nos ha salvado en muchos casos, todos tenemos un arte y ahora que los niños regresarán a las escuelas, también es importante que aprendan cuál es el arte que los va a salvar en un momento de crisis, eso normalmente no se enseña y además se le resta valor” 

Víctor Borrás

 

“Esta fue la puerta que abre nuestra esperanza a vernos y a querernos todos nuevamente en un ambiente de alegría, de canto y sigamos con responsabilidad para seguir retomando porque la educación de la sensibilidad en nuestras vidas y tener este alimento del alma es primordial”. 

Cecy Alderete

 

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